Los derroteros que ha tomado en las últimas semanas la campaña electoral norteamericana están removiendo los bajos fondos de este país. Y es justo ahí, en esas cañerías por las que fluyen los escándalos sexuales de los políticos estadounidenses, donde acaba de reaparecer un nombre casi olvidado en el que hoy convergen los temores de demócratas y republicanos: Jeffrey Epstein. Este millonario de oscuro pasado, inversor financiero y amigo de hombres con poder, empresarios e incluso príncipes, se dio a conocer en la década de los 2000, al ser acusado de reclutar a decenas de jovencitas menores de edad como esclavas sexuales para la celebración de orgías en una isla privada del Caribe por la que pasaron ilustres invitados, entre los que podrían estar Bill Clinton (70 años) y Donald Trump (70).
El caso ha vuelto a ponerse de actualidad después de que James Patterson, uno de los autores de novela negra más vendidos en EEUU, publicara el lunes Filthy Rich, una incursión poco frecuente en el mundo de la no ficción por parte de este escritor, que confiesa que se quedó "obsesionado y fascinado" con esta escabrosa historia "de dinero, poder y sexo" desde que la policía comenzó a seguir la pista del 'broker' neoyorquino, que además vivía a menos de dos kilómetros de su residencia de Palm Beach, en el sur de Florida.
En su libro, mediante datos, testimonios y entrevistas policiales a las niñas, se establecen conexiones entre Epstein, que fue condenado y pasó por la cárcel, y personalidades de diferentes ámbitos, entre las que han llamado la atención, como era de esperar, el matrimonio Clinton -del que fue muy amigo-, Donald Trump e incluso el hijo de la reina Isabel II de Inglaterra, el príncipe Andrés (56).
Pero antes de analizar esas supuestas vinculaciones, repasemos los primeros capítulos de esta truculenta historia, que arranca cuando detienen en 2005 a este rico financiero, que organizaba fiestas con chicas menores en su mansión de Palm Beach y en una cercana isla caribeña conocida ahora como 'Orgy Island'. La policía de Florida llevó a cabo una investigación exhaustiva desde el 15 de marzo de aquel año a febrero de 2006. Tras interrogar a decenas de testigos y analizar los hechos, encontraron motivos suficientes para acusarle de cinco delitos graves, relacionados con el abuso de menores y la prostitución.
Sin embargo, durante el juicio en 2008, el acusado llegó a un acuerdo con la Fiscalía por el que se declaró culpable sólo de un cargo, el de menor gravedad, por haber solicitado los servicios sexuales de una menor. Cumplió 13 meses de una condena de 18, pese a que se habían recogido denuncias de hasta 40 víctimas.
Quizá influyó que el acusado siempre estuvo muy bien relacionado. De hecho, el año pasado The Guardian informó de que durante los registros se localizó una "libreta negra" que contenía los números de nombres como Tony Blair, Naomi Campbell, Dustin Hoffman, Michael Bloomberg y Richard Branson.
Tras aquello Jeffrey Epstein, que ahora tiene 63 años, salió de prisión e intentó volver a su discreta vida pasando desapercibido y esperando a que este episodio quedara olvidado. Pero la contienda electoral y la publicación de Patterson lo han devuelto a la primera plana.
El libro recoge testimonios que, como poco, establecen una conexión entre este 'broker', Bill Clinton y Trump. En el caso del expresidente, se documenta que fue visto al menos en once ocasiones volando en el jet privado de Epstein entre 2001 y 2003, según publica Radar Online. De esto no puede deducirse que el marido de la candidata demócrata participara en las desenfrenadas fiestas del inversor, aunque se vuelve a arrojar una sombra de duda sobre su pasado, puesto que ese avión solía ser empleado para los traslados a su residencia caribeña.
Según el New York Post, Clinton voló a bordo del 'Lolita Express', como lo conoce aquí la prensa, 26 veces. Además, tras el arresto, se descubrió que mientras la policía lo investigaba, el afectado había donado 25.000 dólares a la Fundación Clinton en 2006, lo que algunos interpretaron como un intento por conseguir el apoyos a su defensa.
Según publica la revista Inquisitr, el millonario no mantiene ya un contacto directo con los Clinton, si bien habría realizado donaciones a la campaña presidencial demócrata por valor de 3,5 millones de dólares. Además, añade que Bill y Hillary (68) sí que siguen siendo amigos de la ex novia del condenado, Ghislaine Maxwell, hija del editor británico Robert Maxwell, que incluso acudió de invitada a la boda de su hija Chelsea en 2010, pese a que ya entonces se sabía que la acusaban de haber ejercido de "madame" atrayendo a jovencitas para este criminal.
De hecho, una de las víctimas del inversor, llamada Virginia Roberts, la denunció en 2015 por reclutarla presuntamente para tener relaciones sexuales con el financiero y sus invitados. Entre ellos, según relata, estaba el príncipe Andrés, que habría participado en una orgía con chicas de 14 años, algo que desde el entorno de Buckingham niegan. También aseguró en 2011 haber visto en la isla a Clinton, aunque nunca haciendo nada indebido.
Denuncia por violación
La supuesta conexión con Donald Trump también se basa en una amistad de hace años. Epstein era un asiduo a los establecimientos del republicano, mientras que, según apunta el Daily Mail, el aspirante presidencial iba a cenar frecuentemente a su mansión, que a menudo estaba llena de modelos semidesnudas. En 2003, el New York Magazine informó de que el ahora político también asistió a una cena en honor de Bill Clinton organizada por su amigo común.
Pero más allá de esta estrecha relación personal, es una denuncia judicial lo que sitúa al aspirante republicano en una de estas orgías. Se trata de una mujer, que no ha revelado su identidad, y que asegura haber sido violada en 1994, cuando tenía 13 años, por Trump y Epstein. Según publica el New York Daily News, esta presunta víctima ya tiene fecha para una audiencia con el juez federal Ronnie Abrams el próximo 16 de diciembre por un caso de violación.
La chica, identificada sólo como "Jane", narra en su denuncia, difundida por Real Deal Magazine, que ella y otras cuatro menores acudieron a una de estas celebraciones, donde habría sido violada por el empresario pese a que le rogó que no lo hiciera. Además, asevera que el ahora político la amenazó a ella y a su familia. "Inmediatamente después de esta violación, me dijo que me golpearía y hasta me mataría a mí y a los míos si volvía a hablar del incidente", relata la chica, que había acudido al encuentro atraída por promesas de dinero y una carrera de modelo. Otra de las demandantes, identificada como "Tiffany", encargada supuestamente de reclutar a otras adolescentes, confirma estos hechos y añade que la lista de nombres es mayor e incluye a políticos poderosos.
El equipo de abogados de Trump calificó de "repugnante" y "categóricamente falsas" estas acusaciones, que salieron a la luz en junio, cuando todavía no era candidato oficial. "Es completamente infundado, un hecho de hace más de 20 años de alguien que se niega a dar su nombre. Es una farsa diseñada para desacreditar a nuestro cliente e interferir con la elección", apuntaron.
Dudas sobre la sentencia
Este nuevo escándalo está pasando algo más desapercibido por llegar en un momento en el que el cruce de acusaciones por abusos sexuales entre la campaña de Trump y la de Clinton -en lo que afecta a Bill- es casi diario. No obstante, incluso el prestigioso Wall Street Journal se ha hecho eco del controvertido libro, aunque remarcando que el autor sólo sugiere que Bill Clinton y Trump han estado en compañía de Epstein, lo que no prueba que hicieran uso de sus servicios para tener sexo con jóvenes in Palm Beach o el Caribbean.
Lo que Patterson sí ha conseguido es que se vuelva a hablar de este caso de corrupción de menores, cuya investigación empieza a ser puesta en duda. En concreto, sobre el acuerdo ventajoso que los fiscales brindaron al condenado, la NBC ha desvelado que los abogados de las víctimas no fueron informadas de aquel pacto. Además, durante la investigación se localizaron en la casa de Epstein dos cámaras ocultas con las que podrían haberse grabado las orgías con la intención de utilizarlas a posteriori en su beneficio.
Durante las entrevistas para la promoción de su libro, el autor suele concluir invitando a la reflexión. "Creo que queda en evidencia que con dinero puedes conseguir muchas cosas. Hemos descubierto una gran cantidad de detalles sobre la investigación policial, las niñas, lo que les ocurrió y el efecto en sus vidas. El lector tiene que preguntarse ahora si, realmente, se hizo justicia".