"Soy el ser humano de 23 años que más duro trabaja del planeta". Esa es la frase que ha sembrado la discordia entre los internautas y seguidores de la cantante Ariana Grande (23 años). Muchos achacan a la intérprete no tener los pies en la tierra y no ver la cruda realidad que algunas familias viven en su día a día, mientras que otros defienden a la artista y califican su expresión de "mero sarcasmo".
Hace seis días la voz de Focus colgaba una fotografía en blanco y negro en su Instagram en la que lucía una larga melena y una pose de niña buena. Hasta ahí todo normal. Pero junto a la inocente imagen decidió escribir la frase que acaloró a las redes, en la que mostró, fuera con ironía o sin ella, su punto más egocéntrico.
No es la primera vez que una frase de Ariana se convierte en diana de las críticas en las redes sociales. En verano de 2015 la cantante fue pillada lamiendo donuts de un mostrador de un conocido establecimiento repostero en Los Ángeles. Las cámaras de seguridad del local captaron a la chica junto a su bailarín 'catando' los dulces descaradamente y una vez este vídeo circuló por Internet, Grande decidió pagar por ellos. Pero más que el propio mal gusto de la cantante, lo que más críticas recibió fue la frase que soltó mientras cometía el 'delito': "Odio Estados Unidos, a los estadounidenses y su comida".
Como era de esperar, las reacciones de los norteamericanos fue inmediata y pidieron explicaciones a la cantante. Pese a que ella es estadounidense de nacimiento, el hecho de que se criase en Boca Ratón, en Florida, donde la comunidad hispana es mayoritaria y dado que el bailarín que le acompañaba era Ricky Álvarez (25), de ascendencia latina, hizo que se malinterpretara su afirmación. La artista se disculpó y explicó que se sentía orgullosa de ser estadounidense, pero que al mismo tiempo acentuaba que le entristecía que "Estados Unidos sea el primer país en obesidad infantil".
Estos ofensivos gestos de la cantante, podrían parecer simples anécdotas que formaran parte de la casualidad o de un mal día de la joven. Pero según sus compañeros de clase, la chica lleva fraguando sus puntos de diva desde bien joven. Algunas de las personas que compartieron aula con Ariana y que han hablado con el diario inglés The Sun afirman que la artista era "un mal bicho en el Instituto". En la época preadolescente era conocida en su centro de estudios como "la chica rica esnob" del lugar, y es que su posición de clase alta, gracias al exitoso trabajo de sus padres que les permitía vivir de forma acomodada fue algo que le dio alas para mirar a los demás por encima del hombro.
Según indican algunos de estos testigos que vivieron la entrada de los años 2000 junto a la cantante, Ariana "acosaba" a otros niños en el bus que les llevaba a diario de casa al colegio y viceversa. "Era malvada a rabiar", explican los ex compañeros de la intérprete, "se creía una diva y ahora encima tiene más motivos para creérselo aún más".
Entre las manías más destacadas de la cantante está la de prohibir a cualquiera, sea fan, fotógrafo o amigo, hacerle fotos de su lado derecho. Esa obsesión va más allá de que su lado bueno sea el izquierdo, porque ha llegado a tirar al suelo la cámara de quien intentaba capturar su peor perfil. Según se rumorea, la necesidad de mostrar siempre su lado zurdo de la cara responde a que es ahí donde tiene su característico hoyuelo bajo el pómulo.
Y no solo eso. Su control sobre su rostro y su estética es tan obseso, que revisa cada selfie que se hace con sus fans en los photocall o cuando la pillan por la calle. Al parecer, ser una estrella de la canción sí que se antoja más duro de lo que en un principio parece, quizá a eso se refería con la frase de que es "la joven que más duro trabaja en el mundo". Desde luego en la cuestión de ser la más perfecta del lugar sí que le pone empeño.