Los vecinos de Marbella están acostumbrados a ver alojados en los centros de salud y bienestar más prestigiosos a celebrities de la talla de Isabel Preysler (65 años), Carmen Sevilla (86), Mario Vargas Llosa (80), María Luisa de Prusia e incluso de adinerados jeques árabes. Todos ellos han ingresado en alguna (o algunas) ocasión para someterse a cuidados tratamientos rejuvenecedores, depurativos o curativos.
De ahí su sorpresa al descubrir que uno de los pacientes ilustres que ha tenido estos días la clínica Buchinger no sea ni personaje del cuore, ni mandatario árabe, ni siquiera del mundo de la cultura, sino un afamado diseñador industrial al que no habían visto antes por la zona. Se trata del francés Philippe Starck (68), quien por cierto ha manifestado en no pocas ocasiones que odia viajar.
Algunos de los vecinos de la clínica, muchos de ellos jubilados, dedican su tiempo libre a pasear y ninguna novedad que tenga lugar en la zona les pasa inadvertida. Así, según ha podido saber este medio por boca de uno de ellos, el diseñador ha estado alojado en el lugar varias semanas, a lo largo de las cuales no habría dejado de trabajar. En un intento por alternar los tratamientos terapéuticos con su rutina laboral, Starck se habría autoimpuesto un estricto horario tanto de alimentación como de sueño y, por supuesto, de trabajo. De hecho, el creador ha revelado en alguna entrevista que suele aislarse cuando trabaja, no tiene teléfono ni ordenador, huye de las redes sociales y su única satisfacción cuando tiene que trabajar es terminar el proyecto en cuestión, ya sea un barco o una silla.
Según consta en la página web de la clínica, los precios varían dependiendo del tipo de habitación y de tratamiento elegido. Así, el desembolso de Starck oscila entre los 3.210 y los 30.935 euros, en el caso de que su elección haya sido la suite ático y de que su ingreso en la clínica se haya prolongado durante tres semanas.
Entre los tratamientos con los que trabaja la Buchinger, se encuentra el del ayuno terapéutico, pensado para prevenir enfermedades, curar otras, y retrasar el envejecimiento biológico. Durante este proceso, el paciente únicamente ingiere líquidos para posteriormente ir introduciendo paulatinamente alimentos concretos. Normalmente, los clientes que se someten a este tratamiento suelen permanecer ingresados 10, 14 o 21 noches, dependiendo de la modalidad elegida.
Pero existen muchos más tratamientos. Algunos de ellos se centran en la alimentación, el ejercicio físico, la terapia médica o incluso la estética. El objetivo de la clínica, como el de los demás centros de Marbella, es el bienestar del cliente, que se evade por unos días de su rutina. Aunque en el caso de Starck parece que sus hábitos de trabajo le han acompañado durante toda su estancia.
Asiduo a España
Lo cierto es que Starck ha viajado en los últimos tiempos en numerosas ocasiones a nuestro país. No en vano el diseñador es propietario desde hace cuatro décadas de una vivienda en Formentera, en la que suele veranear junto a su familia.
Casado y con una hija de cinco años, Starck ha frecuentado España en los últimos meses. Hace casi dos años presentó una iniciativa para diseñar un edificio singular en torno al aceite de oliva en Ronda, un proyecto valorado en 17 millones de euros.
No es su único trabajo en nuestro país. La Alhóndiga de Bilbao y Puerto Adriano en Mallorca también tienen su sello.