La primera dama argentina Juliana Awada (42 años) ha demostrado que no necesita joyas ni un maquillaje recargado para brillar en cada uno de los actos públicos a los que acompaña a su marido, el presidente Mauricio Macri (58). Su carisma y magnetismo, en ocasiones comparados a los de Carla Bruni (49), Rania de Jordania (46), Melania Trump (46) o la propia reina Letizia (44), hablan por ella misma. Este miércoles volverá a suceder en su encuentro con la royal española, que a buen seguro acaparará miradas y comentarios.
Ambas ya se conocen, pues coincidieron en 2013 en Buenos Aires. Sólo que por aquel entonces, ni Letizia era reina consorte ni Awada primera dama. La primera ejercía de princesa de Asturias, mientras que esta última hacía lo propio como la esposa del entonces alcalde de Buenos Aires. Las dos se daban cita en la ceremonia inaugural de la sesión del Comité Olímpico Internacional en la que se defendió la candidatura de Madrid como futurible sede.
Ahora Letizia y Juliana ocupan puestos de revelancia institucional mientras sus estilos causan furor fuera de sus respectivos países. De ahí que todos los ojos -y las cámaras- estén muy pendientes de su duelo estilístico. Será una verdadera prueba de fuego para la primera dama, pero sobre todo para la reina consorte, que afronta todo un desafío mediático.
Mientras eso ocurre, EL ESPAÑOL ha querido rescatar ocho detalles de la primera dama argentina prácticamente desconocidos para el gran público, alguno de los cuales comparte con la propia reina Letizia.
1. Nació en el seno de una familia musulmana
Es hija de un inmigrante libanés y de una siria. Decidió bautizarse y convertirse a la fe católica después de conocer a Mauricio Macri, concretamente cuando ya llevaba casi un lustro al lado del actual presidente argentino, en 2014.
2. Su padre fue secuestrado al salir de un club de golf
Ocurrió en el año 2001. El padre de Awada permaneció cinco días retenido después de ser raptado a la salida del club de golf al que acudía. Su familia tuvo que pagar por él un rescate que se cifró entonces en 200.000 dólares. Tras aquel episodio, regresó a casa. Falleció en 2012.
3. Las demostraciones públicas de amor son su seña de identidad
Desde que se convirtiera en la pareja oficial de Macri, no ha habido acto oficial de trascendencia política que no haya contado con un gesto de cariño o afecto entre Awada y su marido. Así ocurrió el 15 de noviembre de 2015, tras el debate presidencial entre Macri y su mayor adversario: el beso del matrimonio logró eclipsar todo lo demás convirtiéndose en el verdadero vencedor de la noche. No en vano, Macri resultó vencedor tras las elecciones y muchos lo atribuyeron a la naturalidad otorgada por muestras como aquélla.
Después de su triunfo electoral, volvió a protagonizar un nuevo ósculo con su mujer, esta vez en presencia de la hija de ambos.
4. Apodada 'la negrita' en la intimidad
"Gracias por haberme elegido, gracias negrita, mágica, única y hechicera. Ahora mi estado civil es feliz". Estas fueron las palabras que pronunció el presidente argentino tras contraer matrimonio con Juliana Awada en una ceremonia civil en 2010. Los rasgos exóticos y morenos de ésta son los culpables de que se la conozca con este cariñoso apodo.
5. Empresaria y diseñadora de moda
Awada no es, ni mucho menos, de esas mujeres que permanecen perennes al lado de sus maridos mientras observan la vida pasar sin hacer algo al respecto. En su caso, la empresa que su familia fundó en los años 60 le ha servido para realizarse.
Así, sus ideas textiles destinadas a la mujer constituyeron todo un soplo de aire fresco dentro de la compañía, que tiene ya repartidas más de una docena de tiendas por Argentina y en el año 2012 facturó dos millones y medio de dólares.
6. Tiene una hija de una relación anterior
Awada es, como la reina Letizia, una mujer divorciada. Pero no fue con su primer marido con el que tuvo a su primera hija, Valentina, que recientemente cumplió 14 años, sino con un multimillonario belga llamado Bruno Barbier.
7. Una diferencia de edad de tres lustros
Mauricio y Juliana se conocieron en un exclusivo gimnasio y poco después se enamoraron. Se casaron en el año 2010 no sin controversia en el seno familiar, pues la madre de Awada llegó a desconfiar al principio de las intenciones de su futuro yerno. No es de extrañar, teniendo en cuenta que entre ambos existe una diferencia de edad de 15 años.
Un año después de la boda, llegó la pequeña Antonia a la familia, un bebé que vino a completar la felicidad de los Macri.
8. Fue capitana de atletismo y tiene más hándicap que su marido
A Juliana Awada le encanta, como a la reina Letizia, la vida sana y el deporte. Durante su etapa escolar fue capitana del equipo de atletismo de su colegio.
En la actualidad, juega al golf y tiene, de hecho, más hándicap que el propio Macri. También monta a caballo y practica natación.