Querían estar siempre juntos y para ello a Brad Pitt (53) y Angelina Jolie (41) no se les ocurrió mejor forma de hacerlo que volar a Camboya para llevar a cabo un curioso ritual que les permitiera sellar, de algún modo, su amor.
Ocurrió meses antes de anunciar su divorcio, en febrero de 2016. Según Daily Mail y la BBC, el matrimonio recurrió a un monje tailandés que es, curiosamente, el tatuador de confianza de la pareja, para que inmortalizara a Angelina con un enorme tatuaje en su espalda cargado de símbolos, patrones geométricos y figuras cuyo significado únicamente conocen los protagonistas y algunas voces expertas, que lo atribuyen a la unión eterna del matrimonio.
El autor de la obra, el monje tailandés Ajarn Noo Kanpai, utilizó una técnica manual basada en barras de acero con agujas quirúrgicas, considerado uno de los métodos más dolorosos y que está lejos del que se emplea en la actualidad, aunque es mucho más preciso.
Con éste, ya son más de 15 los dibujos que adornan el cuerpo de la actriz que interpretó a Lara Croft en el cine, algunos de los cuales fueron rubricados por el monje tailandés en otras visitas de Jolie, como las que realizó en 2003 y 2004.
Brad Pitt también quiso dejar constancia de su unión simbólica junto a Jolie, aunque en su caso optó por un dibujo budista y eligió para ello la parte izquierda de su vientre.
Lo cierto es que Noo Kanpai es uno de los tatuadores más solicitados entre las celebrities. Sus diseños tienen un elevado coste que sólo unos pocos pueden permitirse, pero sus clientes, entre los que se encuentran Michelle Rodríguez (38) o Cara Delevingne (24), aseguran que tienen poderes y protegen a la persona que lo luce.
Sin embargo, con Brad Pitt y Angelina Jolie no debieron de surtir efecto, a juzgar por los acontecimientos posteriores: seis meses después de realizarse los tatuajes ambos anunciaron su polémico y sorprendente divorcio. Hace apenas unas semanas, la actriz rompía su silencia y hablaba por fin del doloroso momento y de lo que eso supuso para su familia.