La visita relámpago de Rihanna (29 años) a Madrid ha defraudado a propios y a extraños. El pasado sábado la Gran Vía se llenaba de fanáticos de la estrella de la música para conocer de cerca a su idolatrada artista, que se hizo de rogar. Llegó dos horas después de la cita fijada (a las 19:30 horas) y sólo posó durante escasos cinco minutos en el photocall instalado a la entrada de los cines Callao. "Me encanta venir de gira, de vacaciones, nunca es un mal momento para estar en este país y mis fans de aquí han sido entregados. Lo mínimo era venir. España es uno de los mercados más entusiastas", fueron las únicas palabras que pronunció la de Barbados.
En el interior de la sala, el mismo comportamiento. No quiso hacerse fotografías a título personal. Únicamente se limitó a presentar su nueva línea de cosméticos Fenty Beauty, que se venden en todos los establecimientos de Sephora, y ya tiene presencia en 17 países. A eso es a lo que había venido.
Los influencers y rostros conocidos que tuvieron la suerte de entrar a la fiesta, apenas pudieron acercarse a ella debido al cinturón de seguridad que en todo momento le rodeó. Incluso la Policía Local de Madrid tuvo que intervenir en las inmediaciones de la sala para que la intérprete de Diamonds pudiese hacer su entrada como una auténtica estrella y contener a los cientos de seguidores.
Solo hubo algunas afortunadas como Adriana Abenia (33) que consiguió hacerse un selfie con ella para después presumir del momento en las redes sociales. "Con Riri. Le gusta mi labial y mi vestido. Tiene criterio, ya somos muy amigas y nos vamos a cenar", escribió en tono de humor la presentadora de televisión en su cuenta de Instagram.
Con un look de lo más veraniego, con un vestido en tonos pasteles de manga abullonada y unos altos tacones a juego, Rihanna se fue casi de la misma manera que llegó. Sólo un dato hizo diferente su entrada de su salida y fueron los 200.000 euros que la cantante se embolsó por este evento, según información que maneja este medio. Una suculenta cantidad de dinero para lo poco que interactuó con su público.
EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con Sephora, organizadora del evento y responsable de traer a Rihanna a nuestro país, pero no ha querido entrar en detalles acerca de lo que ha cobrado la celebrity y tampoco ha querido confirmar ni desmentir esta información. Tan solo nos ha remitido a la nota de prensa en la que catalogan el evento de "noche emocionante".
La de Madrid ha sido la tercera parada internacional del periplo que la artista está realizando para presentar su marca de cosméticos. Ha sido sólo un fin de semana pero ha sido suficiente para revolucionar la capital española. Durante su estancia, Rihanna se alojó en una de las lujosas habitaciones del hotel Villa Magna, al que llegó con un equipaje digno de una diva.
Los productos de Rihanna ya se comercializan en la web de Sephora y no son aptos para todos los bolsillos. Ha habido algunas quejas por parte de sus admiradoras al no poder adquirirlos por su elevado precio. Una paleta de sombras de ojos cuesta casi 70 euros y una barra de maquillaje 52 euros.
Los cachés patrios
Cristina Pedroche (28), Sara Carbonero (33) o Lara Álvarez (31) son tres de las celebrities patrias que más se rifan las marcas, pero en ninguno de los casos su caché se asemeja al de Rihanna. Los sueldos son mucho más humildes que el de la estrella internacional, aunque tampoco están nada mal.
La fama de la mujer del cocinero David Muñoz (37) aumentó considerablemente después de su boda con el chef en 2014, siendo una de las más reclamadas para las firmas y los eventos. Marcas como Multiópticas, Citroën o los centros comerciales Sonae Sierra han llegado a en torno a 30.000 euros.
Es la misma cifra que cuesta contratar a Sara Carbonero. Las marcas saben muy bien que todo lo que toda o se pone la mujer de Iker Casillas (36) se convierte en tendencia. De aquí que le lluevan las ofertas publicitarias. La mayoría de los viajes que realiza la periodista desde Oporto a España es para cumplir con este tipo de compromisos profesionales.
Por su parte, el caché de Lara Álvarez ronda los 25.000 euros. Peugeot, Heineken o zumos Granini han sido algunas de las marcas que han pagado esta cantidad a la asturiana por prestar su imagen.