Con las Navidades a la vuelta de la esquina el único regalo que desea recibir Salvador Sobral (27 años) es un corazón sano. Su nombre lleva en la lista de espera de trasplantes desde agosto de 2016 y todavía no ha aparecido ningún donante compatible para el cantante. El año pasado por estas fechas su entonces médico le advirtió que si en un año no conseguía un órgano vital saludable podría tener un desenlace fatal, y esta semana se cumple ese trágico plazo.
Ingresó en el Hospital de Santa Cruz, en la localidad portuguesa de Carnaxide, hace casi dos meses después de que sobresaturara sus posibilidades cardíacas con una abultada agenda de conciertos. Por ese motivo, en septiembre anunció su retirada de los escenarios y desde entonces permanece en constante control médico en una habitación del centro sanitario donde siempre cuenta con la presencia de alguno de sus familiares.
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Su estado actual es muy grave, cada día se muestra más debilitado y las horas que pasan son menos oportunidades de que Sobral recupere su vitalidad. Es tal la desesperación de la familia que ha empezado a cuestionarse cómo es posible que no aparezca ningún donante después de casi año y medio en lista de espera, por lo que se encuentran muy confusos y buscarán una respuesta, según ha recogido el portal luso de noticias Lux.
"Es preciso que reciba un trasplante ya", ha indicado la fuente del citado medio. El cantante lleva conectado a una asistencia ventricular que ejerce la labor del corazón desde que ingresó en el hospital. Ante la confusión que rodea la situación del cantante, JALEOS se ha puesto en contacto con Javier Segovia Cubero, presidente de la sección de insuficiencia cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), para conocer la gravedad real de este tipo de casos.
"La asistencia que está recibiendo Salvador Sobral es de corta duración, se utiliza para el mantenimiento durante unos meses. Se emplea para pasar una fase crítica y para que el paciente pueda mantenerse en una Unidad de Cuidados Intensivos con recuperación del riego a todos sus órganos. Esto solo ocurre cuando se está en situación de urgencia a la espera de un trasplante", explica el doctor a este medio.
La espera de un corazón sano aún podría alargarse, aunque, según Segovia Cubero, existen vías para prolongar la supervivencia del paciente sin que el riesgo sea elevado: "Podría recibir el alta aún sin tener aún el trasplante y hacer una vida normal en su domicilio y haciendo una actividad razonable mientras le llegue el corazón del donante. Existen un tipo de bombas que permiten la supervivencia de pacientes durante periodos superiores a cinco o siete años, un tiempo que debería ser suficiente hasta la intervención de la implantación del órgano sano. Por eso hoy en día no es tan crítica la situación, porque los plazos de espera de los pacientes pueden prolongarse sin el riesgo como se corría antes".
Salvador ha vivido siempre ligado a un desfibrilador colocado bajo la piel para minimizar los obstáculos que le produce la malformación congénita cardíaca que sufre. Y ese soporte continúa ayudándole en su lucha, pero no es suficiente. Y es que una enfermedad cardíaca como la suya tiene una alta gravedad y por ello la llegada del trasplante, tras más de un año de espera, es más urgente que nunca.
"Lo normal en un país como Portugal que tiene un buen sistema de identificación y de donantes es que al cabo de unas cuantas semanas, a lo sumo, unos meses, tenga un corazón compatible y se le pueda hacer el trasplante", detalla el doctor de la SEC.
Esta información resulta un alivio para la familia de Salvador Sobral, que vive en primera persona la situación de continua espera, sensación que conoce bien el experto cardiólogo Segovia Cubero: "La fase de la espera es muy angustiosa y obviamente la familia está contando cada hora y viendo que no llega un donante. Además, son testigos de la delicada situación del paciente en la UCI y de las complicaciones que suelen sufrir en dicha estancia, como trombosis o infecciones propias de esa zona, pero la mayor parte de los pacientes llegan al trasplante. La intervención es complicada, pero al final salen bien y una vez superado el postoperatorio, llevan vidas normales".
Los Sobral muestran tanta esperanza como el doctor y por eso se centran en lo positivo. Estando hospitalizado el portugués ha recibido dos grande noticias: el embarazo de su hermana, que espera su segundo hijo y, el premio internacional EBBA como 'artista emergente'. Sin duda, dos motivos para sonreír entre tanta sombra en la que vive inmerso los últimos meses.
Y desde JALEOS le damos otra buena noticia. En palabras del presidente de la sección de insuficiencia cardíaca de la SEC, cuando llegue el trasplante y finalice su recuperación, podrá volver a subirse al escenario y deleitar a su público: "Desde luego en la fase inicial, los primeros meses después del trasplante son incompatibles con una vida de trabajo intenso, pero pasado el primer año no habría problema en que retomara su actividad artística".
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