Gracias a Demi Moore (55 años) -coleccionista de una larguísima lista de amantes, novios y hasta un marido mucho más joven que ella- nos hemos enterado de lo que es un toy boy. Suena a muñequito, pero su significado es amante joven, algo así como un becario sexual si nos ponemos creativos, o neo gigoló si decidimos ser vitriólicos y materialistas.
Su último fichaje anda sobrado de dinero. Es Nick Jonas (25), ex miembro del grupo juvenil los Jonas Brothers y la convirtió en trending topic mundial esta semana. La actriz que dio la réplica a Patrick Swayze en Ghost, gracias a sus historias amorosas es también una celebridad de primer orden entre los milleniasls. Nick Jonas, un polluelo de 25 años, es ídolo de las jovencitas de todo el mundo, como lo era Ashton Kutcher (39).
La hija de Demi, Rumer (29), reveló que estuvo profundamente enamorada de su padrasto, e incluso tenía un póster de él antes de que intimara con mamá. Pero aquello no quedó ahí. En 1951 su mamá asaltacunas fue vista mordiéndole una oreja a Sean Friday, componente del grupo Dead Sara, durante unas vacaciones en las playas de México. La pareja fue inmortalizada junto a la hija de Demi, Rumer, muy avergonzada en su papel de sujetavelas, intentando mirar para otro lado. Se publicó que su mamá asaltacunas le había quitado el noviete a su hija. Debe ser muy duro competir con una madre así sin que te entre el síndrome de Electra y te entren ganas de cambiarle las cremas anticelulíticas por la grasa de caballo para limpiar las botas tejanas. Especialmente cuando la genética te ha jugado una mala pasada.
¿Pero cuáles son los secretos de seducción de Demi Moore? Hoy vamos a contarles una primicia mundial. Lo suyo no es precisamente la comunicación gestual, da mucha importancia a la palabra, y tal vez por ello, y no por el botox, tenga tan pocas arrugas. Cuando estuvo en Madrid, ya separada de Bruce Willis (62) y promocionando una película, concretamente La teniente O’Neill, quiso que le presentaran un torero, y vivió una cortísima y apasionada aventura con él.
El muchacho en cuestión no es Óscar Higares (46), por mucho que alardease el primo de Pastora Vega (57) de haber cenado con ella. Es otro diestro más bajito que por aquel entonces era un veinteañero con carita de ángel, mucho menos racial que Óscar. Para dar una pista podríamos decir hay algo en él, ya sea su apellido o su físico, que guarda alguna semejanza con algo que cortan los toreros cuando lo hacen muy bien y que escrito suena muy mal. Demi, que entonces contaba treinta y cinco años y estaba absolutamente mazada tras los duros entrenamientos que siguió para la película que quiso montar a lo Ava Gardner, pero con menos gracia y sin alcohol. Y recurrió a los servicios de un profesional de la traducción en la habitación del hotel…¡Como lo oyen! Absolutamente verídico.
Yo no estoy diciendo que remataran o no la faena con un muéveme esta colcha aquí o acuyá, igual le pidió que le tradujese del inglés al castellano un "Que piernas ties cordero", le hizo la escena de striptease o le pidió que le enseñara cómo hacer toreo de salón. Eso queda para la intimidad de la pareja y del sufridísimo traductor o traductora, no vamos a hacer aquí distinción de sexo… El caso es que esta mujer de 55 años dejó huella y recuerdos difíciles de asimilar. Al torero, que rebasa los cuarenta por muy poco, ya ni le miraría a la cara probablemente, ya es demasiado mayor y está casado.
Nick Jonas, treinta años más joven que ella, es su última conquista, según radar online. Una resignada Rumer ha sido quien les ha puesto en contaco. Demi protagonizó una agria polémica tras haberse hecho públicas unas imágenes en las que besaba apasionadamente a un niño de quince años cuando ella tenia 19. Y para colmo, el pequeño aparentaba no más de 12 y se comportaba como un crío de esa edad.
La actriz, deseada por miles de hombres de diversas generaciones, tal vez no debió separarse nunca de Bruce Willis, el hombre que más la amó. Hasta el punto de que viajó a Marbella y pidió cita con Cristina Blanco, la madre de Miguel Ángel Muñoz (34), para que le hiciera un sortilegio y recuperar así el amor de su ex. Le hizo firmar un contrato de confidencialidad, pero a mí esto me lo han contado unos espíritus, y es rigurosamente cierto. Por suerte, no le funcionó, Cristina falló, y ahora está felizmente casado con Emma Hemming (39), quien le ha dado dos niñas más.