Aretha Franklin ha fallecido este jueves 16 agosto después de mantener una intensa lucha contra un cáncer que le obligó a abandonar los escenarios. La estadounidense construyó una vida de éxitos musicales que al mismo tiempo que le otorgaron el título de Reina del Soul también tuvo que renunciar a su vida familiar en su juventud temprana.
La cantante vio reflejada en su propia vida como madre lo que la suya le hizo cuando tan solo era una niña, por lo que repitió su pesadilla en dos ocasiones: una como víctima y otra como verdugo. Aretha era muy joven cuando vio a Barbara Franklin, su madre, huir del hogar que había construido junto a su padre, el predicador baptista Clarence LeVaughn, y sus tres hermanos.
Las constantes infidelidades por parte del patriarca y las discusiones en el hogar provocaron aquel abandono que la cantante no olvidaría durante su infancia. Igual que Aretha, su madre era cantante, aunque se decantó por la disciplina góspel. La intérprete que huyó lejos de su marido falleció cuando Aretha tenía diez años por problemas en el corazón.
La historia familiar de Aretha se repitió cuando ella tomó el relevo y se convirtió en madre. La infancia de la cantante no duró mucho tiempo, con 12 años tuvo a su primer hijo, Clarence, y, dos años después, a Edward.
La famosa artista tuvo que enfrentarse a una dura niñez, alejada de la normalidad que otorgan los años jóvenes y ocupándose de sus dos hijos. Ella nunca ha revelado quién era el padre de sus hijos.
Pero la cantante no abandonó su pasión musical por los dos pequeños, cuando su éxito cobró importancia, Aretha se marchó a Nueva York para continuar con su carrera mientras los dos hijos se quedaban en casa lejos de su madre. La historia se repetía al llevar a cabo el mismo patrón que su madre cuando la abandonó siendo pequeña.
Una biografía no autorizada
Aretha fue producto de muchos rumores. David Ritz escribió la biografía no autorizada sobre la cantante y construyó un relato que puso en duda a su familia. En este libro, calificado de "auténtica basura" por la artista, se afirmaba que su padre utilizaba la iglesia para organizar orgías.
En la misma novela, el autor deja caer la idea de que aquel ambiente fue el desencadenante de los tempranos embarazos de Aretha, incluso se llega a insinuar la idea de que su propio padre sea el padre de los dos niños.