Gisele Bündchen (38 años) ha decidido poner en orden su vida personal y profesional en un libro autobiográfico bajo el nombre Lessons: My Path to a Meaningful Life. Que Gisele tiene una vida de película casi perfecta es una realidad; se ha convertido en una de las mejores modelos del mundo y está felizmente casada. Sin embargo, lejos de las luces, hay algunas sombras en su retrato. Ella misma ha decidido enfrentarse a los pasajes más complicados de su existencia.
En ese libro, la brasileña ha dado la peor de sus caras, destacando los continuos ataques de pánico que sufría, así como los pensamientos suicidas que padeció durante una larga temporada. "Las cosas pueden parecer perfectas desde fuera, pero uno no tiene ni idea de lo que está pasando en realidad. Creo que es momento de compartir algunas de las cosas que me hacen vulnerable y explicar por qué no cambiaría ninguna de las experiencias que he vivido", ha narrado la modelo en una extensa entrevista para la revista People.
En esa suerte de catarsis, Gisele viajará por su infancia. Bündchen creció acompañada por sus cinco hermanas -una de ellas, su gemela- en Brasil, más concretamente en Horizontina. En ese anonimato transcurrió su vida hasta que a los 14 años un agente la descubrió como modelo en un centro comercial. "Me decían que mi nariz era demasiado grande y mis ojos demasiado pequeños y que jamás estaría en la portada de una revista", rememora sus difíciles inicios. Pese a que los primeros desfiles no se consideraban de gran calado, fue en 1997 cuando se subió a una pasarela de renombre para Alexander McQueen. Ese fue su pistoletazo; tres años más tarde, firmaba un contrato de 25 millones con Victoria's Secret y justo daba comienzo uno de sus romances más sonados, el que mantuvo con Leonardo DiCpario (43).
A Gisele nunca se le olvidará una etapa especialmente cruenta en su vida en el año 2003. Entonces, sufrió su primer ataque de pánico de muchos durante el transcurso de un vuelo en un avión privado. Este tenía unas medidas un tanto exiguas y Bündchen comenzó a temer los espacios pequeños. "Estaba en lo más alto, tenía buena relación con mi familia y siempre me había considerado una persona positiva. No podía entender por qué me sentía así. No tenía fuerzas, me hacía pequeñita y no podía respirar", rememora en la mencionada entrevista.
En el momento en que los ataques comenzaron a ser más asiduos, así como la certeza de no poder controlarlo, Bündchen meditó el suicidio: "Pensaba que si saltaba por el balcón, por fin sería el final de todo y no tendría que preocuparme más de mis sentimientos". La modelo optó por ponerse en las mejores manos, las de un especialista. No era tanto medicarse, sino cambiar su estilo de vida: "Fumaba cigarrillos, me bebía una botella de vino y tres cafés cada día. En uno solo, dejé todo".
En esa vida saludable, prescindió de consumir azúcar -tanto que sus hijos tienen prohibidas hasta las gominolas de Halloween- y comenzó a practicar yoga y a meditar para luchar contra el estrés. También, en esa limpieza, fue el momento de replantearse su manera de enfocar sus relaciones de pareja. En 2005 rompió con DiCaprio, una decisión de la que no se arrepiente: "Todo el que se cruza en nuestro camino nos enseña algo. Y yo aprendí mucho con él".
[Más información: Gisele Bündchen y Tom Brady, ¿miembros de Illuminati?]