El actor estadounidense Bradley Cooper (43 años) ha sido otro de los artistas internacionales que han llegado a la última edición del Festival de Cine de San Sebastián desatando la locura en un baño de multitudes, al igual que hicieran otros como Ryan Gosling (37) o Timotheé Chalamet (22).
El intérprete llegó el pasado viernes al hotel María Cristina, donde miles de seguidores lo esperaban a las puertas del lujoso alojamiento para darle la calurosa bienvenida que se merece.
Bradley Cooper se encuentra en plena promoción de la película A Star Is Born, que él mismo ha dirigido. El film fue estrenado esa misma mañana de viernes en la capital londinense y, pese a que había tenido un día intenso de trabajo, no dudó en ningún momento en recompensar a sus seguidores haciéndose fotos, saludando, sonriendo y firmando autógrafos antes de su entrada al hotel.
El actor de Resacón en Las Vegas ahora debuta como director en su último trabajo, A Star Is Born. Bradley comparte el papel de actor principal junto a Lady Gaga (32). Por su parte, la cantante lanzó Shallow, una balada que forma parte de las diecinueve piezas que componen la banda sonora del film. La película fue presentada el pasado sábado por la tarde en la sección 'Perlas', que recoge obras cinematográficas que han sido estrenadas anteriormente en otros festivales. La alfombra roja previa al estreno fue exactamente tal y como se esperaba: multitudinaria y llena de estilo y glamour. En esta línea, cabe destacar que Bradley Cooper no solo ha alcanzado la gloria en aspectos relacionados con su trabajo.
Bradley Cooper, éxito en lo profesional y en lo personal
En su faceta más íntima, Bradley Cooper mantiene una relación con la top model internacional Irina Shayk desde hace casi tres años. Tras un lustro de noviazgo con Cristiano Ronaldo (33), la rusa encontró al hombre de su vida en Cooper: creativo, ingenioso y un portento delante y detrás de las cámaras.
Fruto de su relación, la pareja tiene una preciosa hija en común, Lea Seine, de un año y medio de edad. Por su apretada agenda laboral, Cooper e Irina no siempre acuden juntos a todos los eventos que quisieran. Su hogar está instalado en Nueva York, ciudad que encuentran su refugio familiar y de amor junto a su pequeña Lea.
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