Stephanie Scolaro (26 años), heredera multimillonaria y famosa influencer de Instagram, se ha librado de la cárcel, a pesar de haber importado y vendido accesorios de moda hechos con piel de serpientes pitón en peligro de extinción.
En su lugar, la modelo ha recibido una orden judicial de 160 horas para ser llevada a cabo durante los próximos dos años. Fue la propia Scolaro quien admitió haber pedido gorras de béisbol de piel de serpiente y bolsas de viaje en Indonesia cuyo valor superan los 20.000 euros.
La estrella de Instagram, a continuación, vendió estos productos ilegales desde un sitio web llamado SS Python. Scolaro ya había sido advertida con anterioridad de que podría enfrentarse a una pena de siete años de prisión. El juez Michael Gledhill que ha instruido su caso habla de Scolaro como una mujer "completamente a la deriva". Además dijo que tenía una "visión muy tenue" del delito.
En palabras del magistrado, "la señorita Scolaro es una mujer joven, por todo tipo de razones diferentes. Es completamente egocéntrica: toda su vida se concentra en sí misma. Una de las razones es que en su vida siempre le han dado lo que ha querido", dijo. "Entonces ella piensa: 'me gustan las pieles de pitón, puedo tenerlas y venderlas y, por lo tanto, lo hago'. No piensa en las pitones en Indonesia, cómo se las despelleja con vida y cómo están en peligro de extinción... Eso no pasa por su mente".
Scolaro se define a sí misma como una socialité que lleva una vida de lujo y glamour. En sus redes comparte fotos de coches de alta gama y ropa de firmas internacionales para deleite de sus casi 100.000 seguidores. Ahora su cuenta permanece cerrada.
Su hermana Lana protagonizó el reality show Niños ricos de Instagram en Channel 4 de Inglaterra. El padre de ambos, Francesco Scolaro, se hizo rico por la minería y la inversión en la industria del ocio.
El fiscal Gregor McKinley, para el procesamiento, mostró a los jueces de la corte Southwark Crown una selección de gorras de béisbol de piel de serpiente doradas y en color crema y marrón. Dijo a la audiencia: "La señorita Scolaro tiene un compromiso muy activo con las redes sociales y, en particular, con un canal de Instagram que ella opera y administra. En algunos sectores se la ha descrito como influyente en términos de moda, en particular con los jóvenes. Estos artículos de moda se muestran en su canal de Instagram y también se pusieron a la venta en un sitio web que ella poseía y operaba, llamado SS Python, y a través de puntos de venta individuales con los que formó un acuerdo para vender los productos".
En total, había 35 artículos ilegales de piel de serpiente, que incluían gorras de béisbol y bolsas de viaje grandes y pequeñas. Scolaro fue detenida cuando las aduanas alemanas interceptaron diez gorras y dos maletas, que eran transportadas desde Indonesia al Reino Unido.
McKinley afirmó: "estas gorras, una grande y una pequeña, fueron interceptadas por la policía de aduanas alemana en el aeropuerto de Leipzig el 15 de noviembre. Las autoridades alemanas informaron a las autoridades británicas del envío y le permitieron continuar hasta el Reino Unido. La remesa se envió directamente a la señorita Scolaro a una dirección asociada con la de sus padres en Curzon Street".
El fiscal dice que Scolaro se negó a cooperar en la localización de los productos. Cuando los productos vienen de Indonesia, tienen que tener permisos de exportación con ellos. No obstante, "estos documentos han sido verificados y ambas son falsificaciones", desliza la acusación.
"Las penas máximas para los delitos reglamentarios son cinco años para cada uno de estos delitos. Y la ofensiva y el delito de aduanas e impuestos especiales es de siete años como máximo". Sin embargo, el juez Gledhill ha sentenciado: "Todavía tengo una visión muy tenue de esto".
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