Barack Obama (57 años) ha visitado Sevilla para acudir a la Cumbre Mundial del Turismo World Travel & Tourism Council (WTTC) y se ha hospedado en el hotel más conocido de la capital andaluza: el hotel Alfonso XIII, complejo en el que residen los altos cargos desde mediados del siglo XX.
El edificio fue encargado por el rey de España al arquitecto José Espiau y Muñoz para alojar a los dignatarios internacionales durante la exposición de 1929, convirtiéndose así en uno de los diez hoteles más antiguos de España. Un inmueble de gran tamaño en el que el monarca quiso cuidar hasta el más mínimo detalle: decorado con mosaicos, arcos, columnas, lámparas de artesanía y hasta una alfombra de la Real Fábrica de Tapices.
Es una construcción que personificaba esa arquitectura regionalista andaluz y neomudéjar por la que siente pasión toda la familia Obama, como dejó constancia Michelle (55) en su anterior visita a Sevilla.
Pero más allá de esta decoración, Obama se ha hospedado en este hotel, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), por su lujo y las comodidades: patio interior donde descansar de la cumbre sin el ajetreo de la ciudad, piscina al aire libre junto a los jardines, salones decorados con artesanados...
Lo más probable es que el expresidente se haya quedado en la mejor habitación del complejo, y la más cara de toda Sevilla: la suite real, con un precio que oscila entre los 2.000 y los 3.800 euros, según la temporada. Es la estancia en la que se hospedan desde empresarios, millonarios de Oriente y América hasta celebrities como es el caso de Barack Obama.
La habitación cuenta con un espacio de 150 metros cuadrados que sigue el estilo decorativo del resto del hotel con multitud de antigüedades repartidas en sus estancias: un majestuoso salón, un gran dormitorio, dos baños y un office.
El refugio de los famosos
El encanto de este hotel de 148 habitaciones, que fueron reformadas en 2011, ha conquistado a celebrities, famosos y miembros de la realeza desde que lo inaugurara Alfonso XIII en abril de 1928.
Una de las huéspedes más recordada es María de las Merecedes, condesa de Barcelona. La aristócrata ocupaba la suite real (la misma en la que se ha quedado Obama) de forma habitual antes de Semana Santa.
Tras la condesa de Barcelona, su hijo y sus nietos también han sido unos habituales en el complejo: el emérito Juan Carlos (81), la reina Sofía (80), la infanta Elena (55)... No extraña que la Familia Real escoja este edificio, ya que un breve paseo por sus pasillos evoca esos majestuosos palacetes de la Edad Moderna que solo podían visitar los más pudientes.
Realeza española, y de Hollywood. Los tacones de la gran Ava Gardner resonaron con fuerza sobre los mosaicos que decoran los salones; la actriz Bo Derek disfrutó descansando en los jardines que rodean al edificio y el clásico Lawrence de Arabia, Omar Sharif, desconectó del ajetreo estadounidense en el majestuoso patio interior del hotel.
Son nombres de sobra conocida a los que siguieron otros compañeros de profesión como Madonna (60), Brad Pitt (55) o Jennifer Aniston (50) en el ámbito internacional, o Rocío Jurado y Lola Flores en el ámbito patrio.
Cena 'low cost'
Tras acudir a la cumbre y visitar el Real Alcázar de Sevilla, Barack Obama ha aprovechado para degustar la gastronomía española en el local Bache San Pedro. El expresidente ha cenado en este restaurante recomendado por James Costos (56), el exembajador de Estados Unidos en España y un buen amigo suyo, que ya conoció este bar durante su estancia en Madrid (donde existe otra sede de Bache San Pedro).
La comitiva que acompañaba a Obama ha llegado a última hora de la tarde de este miércoles a la Plaza del Cristo de Burgos, donde está situado este restaurante. Multitud de guardaespaldas y policías que vigilaran que la zona estuviera tranquila colapsaron las calles sevillanas.
En el interior, el expresidente degustó tapas y recetas en las que se aúna la cocina andaluza con toques internacionales. Este local es la segunda apuesta gastronómica del chef Alejandro Alcántara, un cocinero gaditano que ha bebido de grandes nombres de la cocina española de la talla de Martín Berasategui (58) o Eneko Atxa (42).
Sin embargo, es alta cocina a precios asequibles, ya que lo habitual es que una cena o una comida en este local no superen los 22 euros por persona. Entre sus platos el expresidente pudo encontrar la mejor expresión de la cocina patria, como las típicas croquetas de Puchero o cazón en adobo, y algunos platos más exóticos, como un tajín de carrillera ibérica o saam de ortiguillas.
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