El diseñador Marc Jacobs (55) y el modelo Charlie Defrancesco han contraído matrimonio este fin de semana en Nueva York. Han celebrado una ceremonia íntima, rodeados de sus amigos y familiares más cercanos, donde no faltaban nombres de primera línea de la moda como Kate Moss (45), Kaia Gerber (17), las hermanas Hadid o la directora de Vogue Anna Wintour (69), entre otros.
Jacobs, que es uno de los modistas más influyentes en el mundo de la moda, ha cuidado hasta el más mínimo detalle su atuendo, como un bolso de Chanel negro en lugar de un ramo de flores o un pin con un diseño de pingüino a la altura de la cintura. Este último estaba hecho de diamantes y ónix, y fue un regalo de bodas de Fabio Zambernardsi, director creativo de Prada y Miu Miu.
El modelo, por su parte, optó por un traje de dos piezas compuesto por un pantalón negro y una americana verde de terciopelo; y por otro pin con un diseño de pingüino.
La ceremonia, que se celebró en el restaurante The Gril (en Manhattan) alejada de la mirada de curiosos y de la prensa, quedó inmortalizada a través de las redes sociales de los invitados. Gracias a estas publicaciones se pudo averiguar, entre otros detalles, cuál ha sido el regalo de los novios a los invitados: una sudadera blanca con capucha y el dibujo de dos castores en el pecho. Junto al dibujo, los novios han escrito un mensaje de agradecimiento por asistir "y hablar de esta noche especial tan extraordinaria".
En cuanto a la tarta de bodas, uno de los ritos más cuidados por los novios, Marc y Charlie han escogido una majestuoso pastel de cinco pisos, cada uno de ellos separado del otro por una serie de columnas y decorado con motivos florales.
Hace un año, el diseñador anunció a través de sus redes sociales que se iba a casar con el modelo. Marc Jacobs publicó un vídeo de la elaborada propuesta en el local Chipotle. Al poco de sentarse, un grupo de comensales se levantó de las mesas y comenzó a bailar. El flashmob terminó con el modista de rodillas preguntando: "¿Te casarías conmigo?". Char, emocionado, no dudó y contestó que 'sí' provocando el aplauso y los vítores de los clientes y los bailarines allí presentes.
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