El expresidente del Parlamento británico John Bercow (56 años) es mundialmente conocido por su curiosa y rotunda forma de gestionar y mediar los debates de la cámara de representantes. Su grito de "¡orden, orden!" se ha hecho viral en innumerables ocasiones y es ya un sonido que hay quien echa de menos entre las paredes parlamentarias. Pero su figura no es noticia solamente por su llamativa forma de actuar en el sillón verde más expuesto de la política británica, sino porque su currículum de revuelos mediáticos viene de mucho antes, y su mujer tampoco se queda atrás.
Hay que remontarse a su infancia y adolescencia para conocer el verdadero John y dar prueba de su polémica vida. Nació en Edware, al norte de Londres. Se crió en una familia humilde y judía y en su época de colegio fue víctima de numerosas burlas por ser bajito, por ser un gran estudiante y porque lucía un rostro repleto de acné y granos.
A pesar de su probada inteligencia cometió "grandes errores", como ser miembro del Monday Club, una asociación racista que frecuentó cuando estaba en la universidad; un hecho del que se avergüenza tanto que nada más salir decidió 'limpiar sus pecados' y al meterse en política defendió los asuntos sociales más modernos y reivindicativos como la adopción para el colectivo LGTBIQ+.
En su juventud estaba claramente inmerso en los ideales de la extrema derecha, pero cuando Sally (49) llegó a su vida experimentó un cambio de miras hacia el centro más liberal. Y es que su esposa es de esas mujeres que no temen al qué dirán, que no viven encorsetadas y que lejos ser una silueta femenina al lado de un alto cargo político, ella sabe del poder de su voz y lo usa para el activismo más radical.
Sally tuvo una juventud muy traumática y repleta de episodios de alcoholismo y sexo desproporcionado. De hecho, tal información era secreta, pero un tabloide la conoció y antes del escándalo, la propia señora Bercow reventó la exclusiva contando sus vicios de antaño de viva voz.
La esposa de John Bercow también es recordada por plantarse ante el Parlamento totalmente desnuda y tapada únicamente con una sábana. En esa época también hizo una gran revelación pública que copó portadas de periódicos: "Desde que mi marido es speaker, el número de mujeres que intentan ligar con él ha aumentado sustancialmente. Pero no me pongo celosa porque a mí también me entran más hombres".
Pero las polémicas no acaban aquí. El nombre de Sally Bercow está ligado al de la televisión debido a su participación en Celebrity Big Brother -la versión inglesa de GH VIP-; sin embargo, ingresó en la mediática casa para recaudar dinero para niños con autismo. Además, hace cuatro años fue la comidilla de los tabloides rosas debido a las informaciones que señalaban que había tenido un affaire con un primo de su esposo, y ella no lo negó; de hecho, expresó: "Sí, soy una esposa terrible. John estaría loco si me perdonase".
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