En los años dorados de Hollywood, fueron muchas las jóvenes que llegaban a la ciudad con la esperanza de convertirse en estrellas. Sin embargo, solo unas pocas consiguieron brillar sobre el resto y ser auténticas leyendas, como Ava Gardner, Rita Hayworth, Grace Kelly o Elizabeth Taylor.
Sus vidas estuvieron marcadas por el éxito, los lujos y por multitud de dramas que ahora recoge Christina Mortaó en la obra Diosas de Hollywood.
Ava Gardner
Ava Gardner consiguió convertirse en todo un icono de su época, pero su vida no fue fácil. Tras convertirse en una estrella y con un matrimonio fallido con Micky Rooney, la actriz conoció al magnate Howard Hughes. El empresario parecía el caballero perfecto, pero la historia de amor pronto se torno en pesadilla. Era tan celoso que mandó colocar micrófonos en todas las habitaciones de su apartamento le hizo intervenir el teléfono y la amenazó con la muerte si volvía a ver a Rooney.
Las continuas peleas terminaron distanciándolos, y la joven Gardner se refugió en el músico Artie Shaw. La inteligencia y sofisticación del artista encandilaron a la estrella de Hollywood. Pero la maldición en torno a sus amores continuó persiguiéndola, y toda esa cultura pronto se tornó en esnobismo y en humillaciones continuas en público.
Por aquella época, la actriz empezó a beber en serio para evadirse de la tiranía y el maltrato psicológico de Artie. Su autoestima estaba por los suelos, y aún así contrajeron matrimonio en octubre de 1945. "Estaba muy enamorada [...] y no creo que nunca llegara a comprender el daño tan profundo que me hizo".
Eran relación difíciles que quedaron en nada en comparación con el que fue su gran amor (y tortura): Frank Sinatra. Parecían estar hechos el uno para el otro, almas gemelas; pero lo cierto es que su relación fue muy destructiva y estuvo marcada por sus peleas, broncas y borracheras constantes. Era habitual que tras estos enfrentamientos el artista intentara suicidarse. Gardner y Sinatra contrajeron matrimonio el 7 de noviembre de 1951, pero su matrimonio siguió la misma tónica que su relación.
Ava terminó cansándose de esta situación, y decidió mudarse a Madrid, donde sus problemas con la bebida crecieron considerablemente. Desayunaba con champagne, al poco bebía chinchón, al que le seguía vodka, whisky... se pasaba la mayor parte del día borracha. Una adicción que se complicó con el paso de los años.
Otra cosa que tampoco mejoró con el paso de los años fue su suerte con los hombres. Tras dejar a Sinatra, tuvo varios amantes y uno de ellos, George C. Scott, la maltrataba física y psicológicamente. En una de esas palizas terminó con una retina desprendida y un pómulo roto, entre amenazas de querer matarla.
Rita Hayworth
Margarita Cansino, conocida como Rita Hayworth, comenzó desde muy pequeña en el mundo artístico y de los dramas. De niña trabajó como bailarina junto a su padre, quien se emborracha con facilidad, la golpeaba y abusaba sexualmente de ella.
Fue sobre uno de estos tablaos que un productor de Fox la descubrió. El éxito le llevó a conocer a su primer marido, Eddie Judson, a quien solo le interesaba el dinero y la fama. "Siempre que me negaba a hacer algo me amenazaba con castigos físicos o me chantajeaba", aseguró la propia artista.
Tampoco tuvo más suerte en su segundo matrimonio. Convertida ya en estrella se casó Orson Wells, pero él no estaba nunca presente en el hogar debido a sus compromisos profesionales y era de sobra conocido sus relaciones extramatrimoniales con actrices y prostitutas. Rita, para poder soportar esta decisión, se refugió en el alcohol hasta que se separó de él en 1947.
Convertida en una mujer adulta, decidió probar suerte como amante del millonario Howard Hugues. Hayworth se quedó embarazada y abortó. Una decisión que le provocó un gran desgaste emocional y físico, ya que sufría numerosas hemorragias por la que tuvieron que realizarle de urgencia un legrado en París.
También se casó con el príncipe Alí Khany y posteriormente con Dick haymes. Fue una de sus peores épocas, marcada por los malos tratos de él, el exceso del alcohol y los intentos de Alí Khan por conseguir la custodia de Yasmin, la hija que tenían en común. De nuevo, volvió a divorciarse.
Su vida desde entonces no despegó. Su belleza y su carrera artística decayó. En 1980, y tras una larga decadencia sumida en la soledad y el alcohol, le detectaron Alzheimer. Falleció siete años después rodeada de sus hijos.
Grace Kelly
Grace Kelly nació en una familia adinerada de Philadelphia. Desde muy pequeña descubrió que la actuación era su futuro, y en Hollywood no tardó en convertirse en toda una estrella gracias a papeles relevantes en películas como Crimen Imperfecto y La angustia de vivir (por la que obtuvo el Óscar a la Mejor Actriz en 1955).
A pesar de su fama, Grace en el fondo deseaba tener una pareja estable y formar una familia. El elegido, finalmente, fue Rainero de Mónaco. El príncipe y la estrella se conocieron en abril de 1955, durante su visita al festival de Cannes. Ella deseaba encontrar al hombre con el que formar una familia, y él necesitaba casarse para poder tener una princesa en Mónaco.
La pareja contrajo matrimonio en 1956, pero pronto descubrió que su historia de amor no era el cuento de princesas que esperaba. Grace no tardó en sentirse sola y deprimida. Su marido casi nunca estaba presente debido a sus compromisos profesionales y ella, todavía una extranjera en Mónaco, se sentía asfixiada por el protocolo. La estrella tardó varios años en sentirse a gusto entre los monagescos, casi no aparecía en público porque temía no estar a la altura de su rango.
Posteriormente, tras el nacimiento de su hijos y centrada en las causas benéficas su estado anímico fue recuperándose. Hasta que los pequeños empezaron a ir al colegio y falleció su padre, Jack Kelly, por un cáncer de estómago. Su situación no terminaba de remontar cuando la vida volvió a golpearla con dos abortos que la dejaron mal "mental y físicamente", como ella misma aseguró.
Los años y las escasas diferencias terminaron por distanciar a Kelly y a Rainero. Una profunda angustia se apoderó de ella y, al igual que otras leyendas de Hollywood, la princesa se refugio en la bebida.
Su historia terminó de forma abrupta en septiembre de 1982. Grace y su hija Estefanía abandonaban la casa de campo en Roc Agel, tras pasar un fin de semana en familia, en dirección al palacio de los Grimaldi. Al coger una curva cerrada, en lugar de frenar aceleró de pronto y se precipitó al vacío. El auto voló por los aires y cayó cincuenta metros más abajo. La actriz falleció la noche del 14 de septiembre a los 52 años de edad.
Elizabeth Taylor
Los problemas de amor de Elizabeth Taylor comenzaron muy joven. No tuvo suerte en sus matrimonios con Nicky Hilton (un conocido playbol, alcohólico y toxicómano que la maltrataba físicamente) ni con Michael Wilding (con quien tuvo dos hijos).
Sin embargo, con Mike Todd parecía haber encontrado el gran amor de su vida. La prensa de la época y sus amigos aseguraban que nunca habían visto a la estrella tan feliz. Hasta que en 1958 su historia de amor se truncó. La pareja tenía que viajar por compromisos profesionales, pero una fuerte bronquitis obligó a Taylor a permanecer en cama. Él, a pesar del pronóstico de fuertes lluvias, sí tomó el avió privado que a las pocas horas de despegar se estrelló en un pequeño valle cubierto de nieve entre dos montañas de Nuevo México.
Taylor entró en una gran depresión de la que consiguió salir gracias a su siguiente amor, Eddie Fisher, ingentes cantidades de alcohol y algunos proyectos profesionales. Hubo que esperar hasta la grabación de la película Cleopatra, en Roma, cuando la artista volviera a creer en el amor gracias a Richard Burton. Fue una relación tortuosa y conflictiva que estuvo repleta de altibajos. Todo ello seguido ávidamente por la prensa de la época. Finalmente decidieron separarse aunque siempre mantuvieron una gran amistad.
Otro de los problemas que marcó la vida de Taylor fue su delicada salud. La actriz enfermaba constantemente y sufrió varios accidentes a lo largo de su carrera, estuvo a punto de perder la vista del ojo derecho cuando un diminuto fragmento de cristal se le clavó en la córnea, tuvo una infección en la pierna, una insolación debido al calor, una laringitis... En 1961, además, estuvo a punto de morir por una grave congestión pulmonar por la que tuvo que ser intervenida de urgencia.
No fue una vida fácil, y en sus últimos años de vida la actriz se había refugiado en la bebida y en los analgésicos. Con 51 años tuvo que internarse en el centro Betty Ford, en pleno desierto de California, para desintoxicarse; al que tuvo que volver en 1988 tras sufrir una recaída. Taylor falleció en marzo de 2011 a los 79 años de edad de una insuficiencia cardíaca.
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