La pandemia mundial del Covid-19 ha movilizado a gobiernos, ciudadanos y caras conocidas a lo largo y ancho de todo el planeta para ayudar dentro de las posibilidades de cada uno. En España, rostros famosos como Verdeliss (34 años), Vicky Martín Berrocal (47) o Paz Padilla (50) han puesto a disposición pública sus recuerdos empresariales y textiles para aportar su granito de arena fabricando mascarillas. Y en el panorama internacional, Kim Kardashian (39), celebrity que acumula más de 170 millones de seguidores, también ha querido mostrar su solidaridad reinventando su negocio de moda lencera.

La hermana más famosa del clan de los realities estadounidenses por excelencia lanzó el pasado mes de octubre la marca Skims, una empresa de fajas reductoras diseñadas para que todas las mujeres saquen partido de su cuerpo. El nombre de la firma hace referencia a "skins" -pieles, en español- porque realiza prendas que deben ir muy pegadas a las curvas y crear una especie de segunda piel. Además, los diseños siempre muestran colores nude de diversas razas, de la tez más clara a la más oscura. Y este parece ser el detalle que hace enloquecer a sus millones de clientas.

Prueba de ello es que Kim Kardashian ha seguido la misma premisa para su nuevo lanzamiento y ha arrasado en ventas. La empresaria vip sacó al mercado hace solo dos días una colección de mascarillas en diversas tonalidades del color natural de la piel y agotó existencias en menos de 24 horas.

Catálogo de las mascarillas comercializadas por la firma de Kim Kardashian.

"Ahora disponible: mascarillas Skims en 5 colores en skims.com. Compre 4 por 25 dólares -22,82 euros- ahora y disfrute del envío gratis en pedidos nacionales, hasta agotar existencias. Para apoyar los esfuerzos de trabajo de ayuda de Covid-19 y ayudar a proteger a los que están en primera línea, SKIMS está donando 10.000 máscaras faciales sin costura a nuestros socios caritativos", se podía leer en las redes de la marca cuando anunció su lanzamiento.

No acabó el día cuando en la web de la firma ya no había posibilidad de comprar las mascarillas por falta de stock. Cada una de ellas podía adquirirse a un precio de 8 euros, en caso de no querer el promocionado pack, y los fans de Kardashian arrasaron con las piezas en tiempo récord. Al ver este aluvión de pedidos, la celebrity anunció más producción: "Lamentablemente, las máscaras faciales Skims se han agotado ya, pero estamos trabajando con nuestro socio local en Los Ángeles para producir más lo más rápido posible. El próximo lote estará disponible la próxima semana. Únase a la lista de espera para recibir más detalles próximamente, y le agradecemos su apoyo".

A pesar de esta labor solidaria de la influencer, no se ha librado de las críticas y de verse envuelta en una gran polémica. El problema de este nuevo negocio de Kim es que sus diseños no están homologados y no cumplen con las premisas mínimas que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS). La institución solo avala las mascarillas quirúrgicas o las reglamentarias con filtro y advierte que no es conveniente invertir en otras opciones como las de tela, que son las que ofrece Kardashian.

Las máscaras de Skims no protegen contra el contagio y crean una falsa sensación de protección en la ciudadanía que las luce. La OMS ha sido muy dura con estas piezas en las últimas semanas, ya que desde hace tiempo las mascarillas quirúrgicas sí están a disposición de la población en farmacias y no se requiere de "inventos caseros" de tela para cubrir las vías de contacto más expuestas como la boca y la nariz.

Sin embargo, el negocio de Kim Kardashian es imparable y todo lo que crea se convierte en éxito de ventas. Habrá que ver cuánto tiempo tarda en agotar esta segunda remesa de mascarillas color piel. Se admiten apuestas.

[Más información: Kim Kardashian, una bella serpiente: su impresionante 'look' que revoluciona las redes]

Noticias relacionadas