Joe Biden (78 años), el recién estrenado presidente de Estados Unidos, y su esposa, la primera dama Jill Biden (69) llevan exactamente 15 días en la Casa Blanca y su presencia en los medios de comunicación a nivel global empieza a ser diaria. No sólo por las decisiones políticas del líder del Ejecutivo americano, sino también por su sólida historia de amor.
La pareja presidencial ha roto todos los esquemas y ha concedido su primera gran entrevista conjunta a la revista People, la publicación que desde hace casi 50 años acerca a las celebrities estadounidenses a su pueblo a través de excelsas exclusivas y magnos reportajes.
Joe y Jill Biden llevan 43 años casados y durante esas más de cuatro décadas no todo ha sido un camino de rosas. El presidente y su esposa creen en la confianza mutua, el respeto por el otro, el esfuerzo por cuidar su relación y el apoyo incansable para superar los peores momentos. "Todo el mundo dice que el matrimonio es un 50/50. Bueno, a veces tiene que ser un 70/30. Gracias a Dios que, cuando estoy realmente deprimido, ella interviene, y cuando ella está realmente deprimida, yo puedo intervenir", ha afirmado Biden.
Su esposa le devuelve las palabras de cariño y admite que "todo lo que hemos pasado juntos, los altibajos y ciertamente la tragedia y la pérdida. Está esa cita que dice que a veces te vuelves más fuerte por los golpes que te ha dado la vida. Eso es lo que tratamos de lograr". Jill Biden alude al trágico accidente de tráfico que se llevó por delante la vida de Neilia, primera esposa de Joe Biden y de su hija, Noemi, que entonces apenas tenía un año de edad.
Si bien de aquella desgracia se salvaron dos de sus hijos, Beau y Hunter, la vida años después les devolvería varios golpes inesperados. En el año 2015, y a causa de un tumor cerebral, fallecía Beau a la edad de 46 años dejando destrozado a su padre, Joe. Por su parte, otro de sus hijos, Hunter (50), ha llevado una vida marcada por la sordidez desde que fuera apartado del ejército por sus adicciones al alcohol y las drogas. Joe y Jill Biden tienen una única hija en común, Ashley (39).
"Jill llegó en un momento realmente importante y volvió a unir a mi familia. Ella es el pegamento que lo mantiene unido y supe que quería casarme con ella al poco de conocerla. […] No es que no nos peleemos y discutamos a veces... Solo tengo suerte", afirma, cómplice, el líder político en un vídeo que se puede ver en la cuenta de Instagram de la citada publicación. Su esposa le responde con una sonrisa: "Bueno, después de 43 años de matrimonio, realmente no hay mucho más por lo que pelear".
La relación entre Joe y Jill Biden está basada en el amor y la admiración. Mientras Biden ya ha firmado ahora más de una treintena de órdenes ejecutivas que incluyen desde la gestión de la pandemia por la Covid-19 hasta la crisis climática pasando por la paralización de la valla con México o la autorización para que los militares puedan servir en el Ejército, Jill sigue dando clases en la universidad. Eso sí, de manera telemática.
La doctora Biden no tiene pensamiento, por el momento, de abandonar su vocación de profesora, algo que aplaude el que fuera vicepresidente de los gobiernos de Barack Obama (59). Joe Biden cree que ambos pueden realizar sus funciones de forma independiente aunque juntos hacen un tándem imposible de romper. "Cada uno de nosotros podría hacer nuestro trabajo, pero no tan bien como lo hacemos al estar juntos".
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