El primer ministro británico, Boris Johnson (56 años), y su esposa, Carrie Symonds (33), esperan su segundo hijo en común, que nacerá en torno a la Navidad, tal y como lo ha anunciado ella misma en Instagram. La joven, que dio a luz a su primer hijo, Wilfred, el 29 de abril de 2020, ha revelado que hace unos meses perdió un bebé, lo que la dejó desconsolada.
"A principios de año, tuve un aborto espontáneo que me rompió el corazón", ha revelado. "Me siento increíblemente afortunada de estar embarazada de nuevo, pero también me he sentido como un saco de nervios. Los problemas de fertilidad pueden ser muy duros para mucha gente, particularmente cuando en plataformas como Instagram puede parecer que todo va siempre muy bien", ha añadido.
"Encontré muy reconfortante escuchar a gente que también había experimentado la pérdida y espero que, de alguna manera, compartir esto pueda ayudar a otras personas", ha asegurado. Adelanta que espera el bebé para diciembre y, junto a una foto de un adorno de Navidad en forma de cochecito, dice: "Esperando a nuestro bebé arcoíris esta Navidad".
Según la BBC, el término bebé arcoíris se utiliza en alusión a un bebé nacido después de un aborto espontáneo o una muerte fetal o neonatal. El jefe del Gobierno británico, de 57 años, y Carrie -cuyo apellido de soltera era Symonds- se casaron el pasado mayo en la catedral católica de Westminster, en el centro de Londres, en una ceremonia planeada "en secreto".
Sí participó en el evento Wilfred, el primogénito de la pareja, que nació en abril del año pasado, poco después de que su padre se divorciara de su anterior esposa, Marina Wheeler, con quien se casó en 1993 y tuvo cuatro hijos. Previamente, el político, al que se atribuyen varias relaciones extramatrimoniales y otros dos hijos, estuvo casado también, desde 1987, con Allegra Mostyn-Owen, a la que conoció cuando ambos eran estudiantes en la universidad inglesa de Oxford, si bien su matrimonio fue anulado.
La ceremonia tuvo carácter religioso, pese a que Johnson está divorciado dos veces. Las personas que pudieron ver este enlace deslizan que Symonds se mostró "extremendamente feliz" y el primer ministro estaba "muy guapo" y no apartaba sus ojos de los de su prometida. Al parecer, el ya matrimonio habría estado pergeñando su enlace en la más estricta intimidad y tan solo un número muy reducido de personas conocía sus intenciones reales.
Según una persona allegada a la iglesia donde se dieron el 'sí, quiero', muy pocas personas fueron informadas el día anterior al enlace, y casi nadie conocía la identidad de los contrayentes. La boda duró cerca de 30 minutos. La pareja convive en la residencia oficial del primer Ministro británico desde 2019, mismo año en el que se comprometieron. Sin embargo, la llegada de la pandemia provocó que decidieran posponer el enlace por motivos de seguridad.
Polémico noviazgo
La historia de amor entre Boris Johnson y Carrie Symonds ha estado rodeada de polémica desde sus inicios a finales de 2018, cuando su nombre comenzó a copar titulares a raíz del divorcio entre el tory y Marina Wheeler, madre de sus cuatro hijos. Según trascendió a los medios de comunicación en su momento, la segunda esposa del actual primer ministro decidió separarse de él harta de las relaciones extramatrimoniales que habían protagonizado sus dos décadas de relación.
Durante los meses previos a esta ruptura, Symonds y Johnson habían estado manteniendo su relación en secreto, a la espera de que el divorcio se hiciera oficial. Cuando finalmente llegó este momento, la pareja comenzó a hacer vida normal de pareja y cuando él ocupó su nuevo cargo ella se convirtió en la "primera novia" del número 10 de Downing Street (ya que era la primera pareja que vivía en la residencia sin estar casada).
Más allá de su relación con el primer ministro, Symonds posee un extenso currículum. Hija de Matthew Symonds, uno de los fundadores de The Independent, y Josephine Mcaffee, abogada del periódico, estudió en los colegios privados Godolphin y Latymer en West London (con un coste cercano a los 20.000 euros por curso) y no tardó en llegar a la oficina de comunicación de los conservadores en el año 2009. Con el paso de los años fue cogiendo más peso e influencia en la formación política, y a principios de 2018 fue nombrada directora, puesto que abandonó en verano tras los rumores que la unían a Boris Johnson.
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