El 23 de febrero de 1993 marcó un antes y después en la vida de Laura Pausini (47 años). Entonces, con 18 años, ganó el Festival de San Remo tras interpretar La Solitudine, una canción que llegó a su casa un año antes y que, sin quererlo, relataba una triste experiencia personal: la ruptura de una relación amorosa.
Aquel sencillo, del que hizo ajustes para hacerla más suya, no solo la consagró como ganadora del reconocido certamen de la música italiana. También la catapultó a la fama y le permitió vivir experiencias que hoy siguen siendo un sueño. Así lo ha desvelado ella misma en una conversación con EL ESPAÑOL, poco después de estrenar su película Laura Pausini, un placer conocerte, disponible desde el pasado 7 de abril en Amazon Prime.
La italiana, que ha querido reflejar cómo sería su vida de no haber ganado el Festival de San Remo, ha conversado con este periódico sobre su último trabajo, los proyectos que están por llegar y su historia más personal. Desde su país natal, Laura Pausini, atenta y cercana, se ha mostrado como cantante, hija, mujer y madre.
¿Qué sensaciones tiene tras estrenar la película?
Me siento mimada, respetada y satisfecha por el trabajo que hemos hecho junto al director Ivan Cotroneo, que me ha ayudado a realizar este proyecto que es bastante particular -mitad documental, mitad película-, y que tiene la intención de dejar un mensaje que no es para celebrarme a mí misma. Al contrario, utilizo mi vida desde el punto de vista de una persona que es conocida, para explicar que para sentirnos realizados y felices tenemos que pensar con más profundidad en quiénes somos. No es la fama lo que nos hace sentir realizados. Hay cosas mucho más importantes.
El mismo día del lanzamiento en Amazon Prime, presentó la película en Madrid. ¿Qué significa España para usted?
Elegí España para presentar la versión española de la película porque fue el primer lugar que me abrió las puertas cantando en español y que me ha permitido llegar hasta aquí. Me parecía natural y respetuoso. En España me he sentido amada y muy afortunada.
En la película intenta responder cómo sería su vida si no hubiese ganado el Festival de San Remo. Ahora, después de casi 30 años de fama, ¿le hubiese gustado ser anónima?
Amo mi vida, era mi destino. Nunca la había soñado y por eso he hecho esta película, porque hasta los 18 años, cuando gané el Festival de San Remo, quería ser cantante de piano bar y sabía que era un reto muy difícil, porque en aquel entonces, en los 90, todas las personas que hacían piano bar en mi región eran hombres. Pero nunca imaginé lo que estoy viviendo ahora. No he hecho esta película para decir que no me gusta mi vida de famosa. Es una reflexión, una búsqueda introspectiva de lo que soy, para decirle a las personas que están interesadas en mi música y mi vida, que la fama sí es maravillosa y es el destino que Dios ha escrito para mí. Pero mi realización personal llega de un proceso mucho más largo y profundo que no se debe a la fama, sino a la elección de ser quién soy, independientemente de la fama.
En alguna ocasión ha comentado que de no ser famosa se dedicaría a la alfarería. ¿Tiene esa profesión como hobby?
Todo lo que es artístico me encanta. No tengo la posibilidad, por lo menos antes de la Covid, de practicar todas mis pasiones, como la cerámica, porque se necesitan varios días para realizar un objeto. He tratado de utilizar mis pocos días libres para los otros hobbies que tengo, como leer libros de la historia del arte, pintar, hacer fotografías... Todo lo que es artístico me hace sentir viva.
¿Qué ventajas y qué desventajas tiene la fama?
Mi trabajo es como el trabajo de otra persona. La única diferencia es que me conocen en la calle. Pero como todos los trabajos, hay ventajas y desventajas. La mayoría son personas, que te pueden ayudar a crecer, a cambiar de opinión... Y otras que te traicionan y se aprovechan de ti. Pero eso no me pasa solo a mí o a las personas que hacen mi trabajo. Es algo que todos conocemos.
En La Solitudine, la canción que la lanzó a la fama, cuenta una experiencia personal en la que experimentó soledad. Además de ese momento, ¿se ha vuelto a sentir sola, aún teniendo millones de fans?
La Solitudine es una canción muy especial. Llegó a la casa en la que vivía con mis padres en 1992, cuando tenía 17 años. Se llamaba Anna e increíblemente estuvo escrita por dos chicos de Milán que no conocía, pero escribieron una historia que era la mía, excepto por el nombre. Lo cambié por Marco, mi primer novio, y ajusté detalles de la letra para adaptarla a mi vida real. Cuando hice el demo y me encontraron un mánager y una compañía discográfica, la gente se emocionó mucho. Me inscribieron en el Festival de San Remo y viví la experiencia al año siguiente. Muchas veces me he sentido sola, incluso cuando he estado rodeada de tanta gente. Especialmente, cuando gané el Grammy en 2006, que estaba con las personas con las que trabajaba, pero sin mi familia, no tenía novio... Gané y me encontré sola en mi habitación después del premio. Fue muy raro. Me di cuenta de que no tenía sentido ganar algo si no tenía a nadie con quién celebrarlo. Empecé a darme cuenta lo que significaba dedicarle tiempo a mi vida personal. Por suerte, también encontré a la persona con la que vivo desde hace 17 años, que amo profundamente y con la que puedo celebrar otros galardones.
Paolo, a quien precisamente conoció gracias a la fama. ¿Ha imaginado cómo sería su vida sin él?
Desde que estamos juntos me he dado cuenta de que puedo ser feliz también sin él. Es algo muy raro. Nunca lo había pensado antes de tener esta relación. Antes pensaba que me moría si no estaba con la persona que amaba. Pero desde que estoy con él, y por eso imagino que estoy con él desde hace 17 años, me siento libre de ser quien soy. No solo me preocupo por gustarle. Principalmente, me preocupo por gustarme a mí. Una vez en paz conmigo, sé que puedo darle a él lo mejor de mí. Aunque no quiero perderlo nunca y espero que estemos juntos hasta el fin de mi vida, he aprendido a ser fuerte e independiente. Es algo raro. Pero creo que eso me lo ha dado la madurez y se lo debo mucho a Paolo.
¿Esa ha sido la clave para tener una relación duradera?
Es estar con una persona que te respeta, que no pretende que cambies por él. Tenemos muchas cosas en común, a pesar de que somos opuestos. Yo soy muy abierta y hablo mucho. Él es introvertido, escucha y cuando habla da consejos u opiniones distintas a las mías, pero muy interesantes. Somos una pareja muy equilibrada. El hecho de que los dos seamos músicos también nos ayuda, porque nuestra mentalidad es muy similar. La clave es el amor verdadero. Un amor más adulto, aunque yo siempre tengo una parte de niña cuando estoy con él. Me gusta ser una bambina con él.
Alcanzó la fama muy joven. ¿Recibió el apoyo de sus padres o evitaron que se hiciera famosa, teniendo en cuenta que su padre ya tenía experiencia en la música?
Mi padre, siendo músico y cantante de piano bar, siempre estuvo muy feliz de que eligiera, sin que él me presionara, su mismo trabajo. Siempre ha estado a mi lado. Los primeros cinco años de mi carrera viajó conmigo. Eso me ayudó mucho. Me hizo crecer como persona, a tener disciplina... Mi madre me ha apoyado en ser lo que quería ser, pero siempre ha deseado que yo fuera farmacéutica. La semana pasada, que estuvimos juntos en Madrid, me dijo 'pero si hubiese sido farmacéutica no hubiese estado mal' (ríe). Pero también me apoya. Quiere que sea feliz. Tener padres que te apoyen y ayuden a comprender que algunos de nuestros sueños son difíciles de alcanzar es importante. Se necesita suerte, además del talento. Y no siempre llega la suerte junto al talento. Yo siempre he tenido a mi madre, muy realista, que me dice todo cómo es.
¿Algún consejo que recuerde de sus padres?
Que cada mañana debería pensar de dónde vengo, cuáles eran mis sueños de pequeña y saber que este trabajo puede acabar de un día a otro, pero igualmente puedo ser feliz. Y me gusta. Vengo del pueblo, del campo. Fui una niña y adolescente feliz, simple, sencilla... Eso me ayuda.
¿Qué es más difícil, ser artista o ser madre?
Después de 29 años de ser artista y nueve años de ser madre, puedo decir que las dos cosas son difíciles. Lo más complicado es compaginarlo. Poder ser una buena madre significa estar al lado de mi hija, estar presente y darle la posibilidad de crecer, en mi opinión, con cosas similares a las que yo viví en mi infancia. Tener regularidad en el colegio, con sus amigas... Desde que empezó la primaria no es tan fácil, pero nos ayudamos las dos. Es muy inteligente, independiente y sabe cómo hacerte sentir su cariño y apoyo. Eso también me ayuda muchísimo.
Hace un año vivió uno de los grandes momentos de su carrera al ser nominada a los Premios Oscar. Pero finalmente, no ganó. ¿Lo sintió como un fracaso?
El 2021 fue un año de muchas sorpresas, en el que todos vivimos una vida muy rara por la Covid. En ese año fui nominada con la canción Io sì a los Globos de Oro y lo gané. Era la primera vez para Italia que una cantante mujer lo ganaba y no puedo explicar lo que significó para mí. Después fui nominada al Oscar... Imagínate, nunca había soñado con ganar San Remo y después de ganar Grammy y un Globo de Oro, el Oscar me iba a hacer caer de la silla (ríe). Pero lo cierto es que estuve preocupada, porque después de ganar el Globo de Oro, mi hija empezó a decirme que ella no se sentía tan capaz de hacer las cosas como yo. Obviamente estuve honrada de recibir la nominación del Oscar, pero no tenía muchas ganas de ganar. Al final de la película lo cuento y hablo sobre el hecho de perder, que es una palabra que todos vivimos como si fuera un fracaso. Desde la niñez deberían enseñarnos a sentirnos orgullosos de nosotros mismos, incluso cuando perdemos.
En las próximas semanas presentará Eurovisión, ¿cómo se prepara?
Es increíble que me pidieran presentar Eurovisión junto a Mika (39) y Alessandro Cattelan (41). Llegó en el momento perfecto para mí, porque después de 29 años cantando, escribiendo y haciendo conciertos, necesitaba hacer algo musical, pero diferente. Tengo mariposas en el estómago de felicidad, pero también de nervios, porque todo es en inglés. Aunque ya he presentado shows de televisión es algo nuevo. No veo la hora de empezar, porque quiero divertirme mucho. Me estoy preparando haciendo encuentros con autores, con compañeros... Y repasando el inglés. Lo hablo, pero quiero hacerlo muy bien. Soy muy exigente conmigo misma.
¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Después de Eruovisión volaré a Miami para hacer un concierto. Será el primero desde 2019. El 11 de junio, además, me presentaré en Italia ante 100.000 personas, en un show dedicado a la lucha contra la violencia de las mujeres. Es lo que más espero, porque es una causa en la que siempre he estado muy involucrada.
¿Qué le queda por hacer a Laura Pausini?
Es la pregunta más difícil de todas. Me genera un poco de preocupación. Tengo 47 años y he tenido una vida que, a veces, ni una persona de 100 años ha vivido. Tengo mucho miedo de haber vivido todo. Pero en los últimos seis, siete meses, algo bueno ha pasado en mí, porque pienso que muchas cosas están esperándome. Probablemente, se lo debo mucho a la propuesta de Eurovisión, porque ha abierto una ventana que antes no pensaba tener. Y quién sabe cuántas cosas más pueden esperarme. Quiero ser positiva y optimista.
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