Gracias a su marca de moda homónima, Tommy Hilfiger (71 años) pasará a la posteridad como uno de los diseñadores más conocidos del mundo. El estadounidense lleva casi cuatro décadas marcando las tendencias del mundo de lo que se lleva, tanto dentro como fuera de las pasarelas, vistiendo a los rostros más famosos del mundo y formando un legado que va mucho más allá.
Aunque su carrera se ha centrado en la creación de ropa, zapatos y complementos, su faceta empresarial va mucho más allá y es que tiene un gran interés en el mundo inmobiliario. De hecho, en poco más de dos años ha realizado tres importantes transacciones que han ligado su nombre al del negocio de bienes raíces de lujo en Estados Unidos.
Si bien tiene casas repartidas por varios estados, desde 2021 Tommy está centrado en Palm Beach, Florida, donde se mudó junto a su mujer, Dee Ocleppo (56), a comienzos de ese año y donde acaba de adquirir una nueva mansión. El diseñador ha pagado 36,9 millones de dólares (33,5 millones de euros) por una vivienda situada frente al mar que está catalogada como histórica por la Preservation Foundation of Palm Beach ya que fue construida en 1927.
El terreno es de más de 2.000 metros cuadrados y en él se levanta una casa con una superficie de 600 metros cuadrados divididos en dos plantas. Se trata de una vivienda de estilo mediterráneo construida en piedra que cuenta con gran cantidad de detalles históricos, como pórticos de estilo clásico. En su interior se conservan suelos de madera, amplios ventanales arqueados, techos de estilo catedral y vigas vistas.
Cuenta con cinco dormitorios, seis cuartos de baño y un aseo, todos ellos muy amplios. La cocina es una de las estancias más reseñables, pues bien podría ser la de un restaurante ya que tiene electrodomésticos de gama alta y una enorme isla de madera, donde está el fregadero y una zona para comer.
Junto a ella hay una mesa para comer más tranquilamente, pero lo cierto es que hay una estancia dedicada únicamente a esta función. Es un comedor amplio, con luz natural, que destaca por sus vigas de madera en el techo y sus suelos de piedra marrón que lo diferencian del resto de la casa.
El salón es, sin duda, la habitación mayor espacio, pues es ahí donde se suele pasar la mayor parte del tiempo. Tiene paredes paneladas de madera, de un tono más claro que el del suelo, y grandes ventanales arqueados desde los que se puede ver el mar.
Un paisaje que comparte con el dormitorio principal, de techos altos y ventanas de vidrio que se abren a una terraza desde la que se puede disfrutar del buen tiempo y el paisaje. El baño de esta habitación es llamativo y es que, además de tener ducha y bañera, tiene su propio vestidor y una chimenea. La propiedad también cuenta con una piscina, un patio cubierto y un comedor al aire libre.