Hace 20 años, Simon Cowell (63 años) -creador del talent show The X Factor- tuvo la visión de juntar al barítono Carlos Marín y a los tenores David Miller (50), Urs Bühler (52) y Sébastien Izambard (50) para crear Il Divo, el cuarteto de crossover clásico que ya ha vendido más de 35 millones de álbumes. Con motivo de su próximo concierto el 12 de octubre en el marco del XXV Festival Mil.leni en el Auditori del Fórum de Barcelona junto a la Joven Orquesta InterComarcal, Bühler concede una entrevista a EL ESPAÑOL desde su residencia en Estados Unidos.
Siguen siendo momento delicados porque el próximo 19 de diciembre se cumplirán dos años del fallecimiento de Carlos a causa de la Covid en un hospital de Manchester. Una noticia que adelantó en primicia este periódico.
"Siempre me acuerdo de él como una persona única con la que conviví casi 20 años. Siempre vamos a apreciar lo que ha dado al mundo con su voz y su arte. Cuando nos criticaron porque le habíamos sustituido y nos decían que le íbamos a olvidar yo respondía: 'Piénsalo un poco, cómo voy a olvidarlo si ha sido una parte integral de mi vida. Su pérdida ha supuesto una gran tragedia'", afirma Urs.
[Muere Carlos Marín, cantante de Il Divo, a los 53 años]
Il Divo se está tomando el 2023 de manera sosegada, no han hecho gira, tan solo han aceptado la propuesta de algunos conciertos en España, Portugal, Australia, Polonia, Serbia, algunos países de Asia y se han dedicado de lleno a preparar el nuevo disco para conmemorar su vigésimo aniversario que saldrá a la luz hacia San Valentín del año que viene.
¿Están al tanto de los enfrentamientos existentes entre la familia de Carlos y su exmujer, Geraldine, por el testamento?
Me quedo fuera de estos problemas. No conozco a la familia. Solo he visto a su madre en una ocasión en un concierto en Madrid hace casi veinte años. Ella no hablaba inglés y yo nada español. Nos saludamos educadamente y ya está.
¿Carlos era el más bromista de los cuatro?
No, pero tenía su tipo de humor. Yo, por ejemplo, lo tengo muy seco. Lo más bonito que surgió entre nosotros es que con sólo mirarnos sabíamos lo que pensábamos y nos reíamos.
En las distancias cortas, ¿cómo era?
Buena gente, cercano, no te puedes imaginar cómo era y lo que vivimos porque no se podría explicar ni entender. Cuando nos conocimos los cuatro fue complicado, todos extranjeros, con nuestras lenguas y culturas, ideas diferentes… pero al cabo de un tiempo nos relajamos, nos fuimos conociendo y nos reíamos de muchas cosas. En muchas ocasiones no necesitábamos las palabras.
A pesar de todas las cosas que se han dicho, Carlos es insustituible, ¿verdad?
Los años compartidos no se pueden reemplazar con nada. Carlos no se puede sustituir. Lo que hemos compartido siempre se va a quedar con los tres. Steven es maravilloso, su voz encaja muy bien con el grupo y estamos empezando a crear recuerdos con él. A ver hacia dónde va esto. La vida ha de seguir.
Echando la mirada atrás, ¿sospechaban el éxito que iban a tener en una época en el que la música sufría la crisis por el pirateo?
En absoluto. Il Divo era un proyecto de una discográfica, yo pensé que prestaba mi voz, me pagaban y ya está. Y ahora lo que puedo decir es que ha sido increíble lo que hemos conseguido. Durante los primeros siete u ocho años me preguntaba cuánto iba a durar la carrera ya que en la música popular hay pocos artistas que aguanten, pensaba que con cada actuación iba a ser la última y me tendría que buscar otro trabajo. Pero empezamos a coger confianza…
Simon Cowell tiene una imagen de ser serio, duro, antipático, distante…
Tienes razón, pero es una persona increíblemente educada que se toma el tiempo adecuado para cada persona que se acerca a él. Si algún fan va a saludarle en un restaurante se levanta de la mesa, firma autógrafos, se hace fotos y da las gracias. Es un gran empresario, un hombre de negocios que sabe exactamente lo que quiere. No siempre cae bien, pero su éxito habla por él. Nosotros existimos por él, aunque hace más de diez años que no estamos vinculados.
Han conseguido fama, dinero y prestigio, ¿cómo lo han digerido? ¿Han malgastado? ¿Son ahorradores?
Éste es un tema muy personal. Cada uno ha vivido su vida de forma diferente. Por ejemplo, Sébastien montó su negocio y en 2018 perdió su casa de Malibú a causa del terrible incendio que asoló la zona. Es cierto que hemos ganados un buen dinero, pero no tanto como dicen o se imaginan. Siempre hago la broma con mis amigos cuando les preguntó cuánto creen que gano por concierto y me dicen que un millón de dólares (risas). Se piensan que estamos en castillos de oro y que vamos en Rolls-Royce, pero no es así. Yo vivo bien, disfruto de la vida, no soy de tirar el dinero por la ventana y con mi esposa, Leticia, hace tiempo que descubrimos que hay cosas que valen más que el dinero. Somos muy de la frase "colecciona momentos, no dinero", por eso pasamos todo el tiempo que podemos con la gente que queremos. Con los años me muevo mucho más en esa dirección.
Así, de repente, ¿qué personajes importantes se te vienen a la cabeza con los que os hayáis sentido impactado?
Sin ninguna duda con la reina Isabel II de Inglaterra. Cantamos ante ella en dos ocasiones y fue algo mágico. Al acabar nos la presentaron. Impresionaba. Es que ha sido reina durante 70 años, nunca más vamos a tener a alguien así. En otro concierto de Malasia entre los asistentes estaba el Rey y al acabar, también nos lo presentaron. De repente, Sébastien le dijo: "Bueno, señor, ¿cuéntenos cómo es ser rey?" y él, de una forma muy humilde, con los pies en el suelo, contesto riéndose: "Pues no sabría decir porque hace dos semanas que lo soy". En un show benéfico estaba Gorbachov quien nos dio un abrazo tan especial y con tanto amor que nos hizo sentir únicos. Y uno de los momentos inolvidables fue el concierto que hicimos con Barbra Streisand en el 2007 en el Madison Square Garden de Nueva York. En las primeras filas estaban Spielberg, Tom Hanks…
Hablas muy bien español, ¿tu esposa te ha ayudado?
Antes cantaba en español, pero no entendía las frases. ¡Qué vergüenza que un artista diga esto! (Risas). Con Leticia he ido aprendiendo, ella me corrige y cada vez me suelto más. Obviamente tengo mis errores, pero a ella le pasa igual en inglés. En los últimos años lo está aprendiendo para desenvolverse mejor cuando viaja conmigo.
Tiene una hija adolescente, Wilhelmina, ¿a qué quiere dedicarse?
Vive muy bien en Londres con su madre, estudia en una escuela prestigiosa, es muy estudiosa, tiene una mente bastante clara y a no ser que cambie de idea a los 18 o los 20 su intención es estudiar medicina. ¡Qué carrera tan difícil! Es increíble lo rápido que ha pasado el tiempo. La veo ahora y no me lo puedo creer. Con mi esposa hemos hablado de que no queremos tener más hijos porque es un mundo muy difícil, se da mucha importancia a las redes sociales, a los seguidores y eso crea mucha presión en la gente. Muchas veces digo que se pare el mundo para bajarme.
¿Qué veremos en el concierto de Barcelona?
Hemos decidido ofrecer la esencia pura de Il Divo con grandes éxitos, hemos hecho algunos arreglos para ofrecer sonidos más modernos y diferentes y que el público siga pasándoselo bien. En España la gente ha sido siempre muy cariñosa, calurosa y amable.
¿En qué punto se encuentra el nuevo disco?
En agosto estuvimos en el estudio en Miami grabando y en estos momentos estamos escuchando mezclas y hablando con el productor. Nos hemos dado cuenta que después de 20 años aún tenemos inspiración y energía para seguir creando y alargar nuestro sonido