Las londinenses Khadiza, Shamima y Amira abandonaron sus hogares y a sus familias en febrero para unirse al Estado Islámico en Siria. Las adolescentes procedían de Bethnal Green, uno de los barrios en el este de la capital británica. Allí sobresalían en la escuela. Un día de febrero, se marcharon sin avisar. Hoy, las 'Chicas de Bethnal', como se las conoce mundialmente, están casadas con combatientes yihadistas, informa The New York Times.
Su historia es la de muchas otras jóvenes en el mundo. El Centro Internacional para la Radicalización de Reino Unido estimaba a comienzos de año que más de 20.000 extranjeros se han sumado a grupo terroristas islámicos en Siria e Iraq. Y se calcula que el 10% de los que proceden de Occidente son mujeres.
Se cree que entre 60 y 70 mujeres han partido desde el Reino Unido. Cuatro de cada diez personas que han ido desde Alemania son mujeres, afirmaba el lunes Daniel Heinke, director de la Oficina de Planificación de Políticas y Asuntos Especiales del Ministerio del Interior alemán. En España, cerca de un 16% de los detenidos desde 2013 en relación al yihadismo eran mujeres, indica un informe publicado este mes por el Real Instituto Elcano. En el 82% de los casos, estas mujeres tenían entre 15 y 29 años.
¿Qué papel desempeñan en la organización?
“Ya hemos clarificado cuál es la función fundamental de las mujeres: en la casa con su marido e hijos”, dice el manifiesto sobre las mujeres del EI, publicado este año por la Brigada al Khansaa. Esta facción del EI consiste en un cuerpo de policía que vigila a las mujeres e “impone castigos a quien no siga las normas estrictas de comportamiento para la mujer en esta sociedad”, explica la Universidad de Oxford.
La investigadora del Real Instituto Elcano, Carola García-Calvo, afirmó en una charla sobre yihadismo el lunes que los captadores del EI centran sus esfuerzos en mujeres solteras con la intención de traer al mundo una nueva generación de combatientes.
“Me he encontrado con hermanas hermosas que se pasan mañanas y noches felices porque están cocinando la comida de los muyahidines o que limpian el edificio entero sin que nadie se entere de quien lo hizo”, escribe Umm Layth (cuyo nombre real es Aqsa Mahmood) en sus redes sociales, según recoge el Instituto para el Diálogo Estratégico en un estudio sobre mujeres occidentales que emigran para vivir bajo el dominio del EI.
“Sin embargo, hay otras causas por las que se puede permitir a ciertas mujeres dejar el hogar para servir a la sociedad (…) Esto es sólo en circunstancias excepcionales”, reza el manifiesto del EI, que describe incluso un currículo escolar para las mujeres desde los siete hasta los 15 años.
Para el grupo terrorista, hay tres “funciones secundarias” principales que la mujer puede realizar en determinadas situaciones. La primera es combatir en la yihad. La mujer se suma a la guerra por designación cuando su país es atacado, los hombres no son suficientes para protegerlo y los imanes así lo deciden. El grupo pone el ejemplo de las mujeres de Irak y Chechenia. La segunda, y más común, dice el manifiesto, es “para estudiar las ciencias de la religión”. Por último, “las médicos o las profesoras pueden salir, pero tienen que seguir estrictamente las normas de la [ley islámica]”.
"Su rol es en verdad ejercer de madres, de esposas y proveer. Sin embargo, el compromiso ideológico, incluido con la violencia, es clave. Las mujeres deben estar comprometidas con el apoyo a la causa", afirma a EL ESPAÑOL Elizabeth Pearson, experta en terrorismo y mujeres del Royal United Services Institute del Reino Unido. "En un estudio en Twitter en el que estoy involucrada veo que las mujeres apoyan la violencia, son muy agresivas, pero también muy comprometidas con su rol pacífico".
Algunas mujeres se dedican a reclutar jóvenes para el Estado Islámico. Un ejemplo es la antes citada Umm Layth. “Ella era una de las figuras del EI más activas en internet, llevaba un blog y mantenía debates en Twitter”, dice la Universidad de Oxford. “Guió a mujeres jóvenes a lo largo del proceso de unirse al EI en Siria e Iraq”. Este verano, una mujer fue detenida en Lanzarote acusada de reclutar a jóvenes para el Estado Islámico.
Pero las mujeres de otras fes que habitan en territorios conquistados por el EI no tienen el mismo estado que las musulmanas. Es el caso de la minoría yazidí de Irak. “El EI esclaviza a sus mujeres y las abusa sexualmente con el argumento de que tienen el derecho de quedarse a las mujeres yadizíes como esclavas para hacer mejor la yihad, ya que no son musulmanas”, explica la universidad británica.
¿Qué riesgo pueden representar?
El Instituto para el Diálogo Estratégico utiliza el caso de las viudas negras chechenas, que se hacían volar por los aires para atacar a los rusos. En 2004 lanzaron dos atentados en el metro de Moscú e hicieron explotar dos aviones que partían de la capital. “El caso de estudio checheno actúa como una posible predicción para el futuro de las [mujeres yihadistas]”, dice el organismo.
Y aquellas que retornan pueden ser especialmente peligrosas. El Instituto explica que algunas mujeres que pierden a sus maridos regresan a sus países de origen, pero todavía mantienen vínculos emocionales con Siria e Irak y pueden verse afectadas si les pasa algo a sus conocidos allí. “Estas muertes podrían provocar que estas mujeres se radicalizasen más y pudiesen llevar a cabo actos de violencia en Occidente”.
En una operación antiterrorista este miércoles en París, una joven sospechosa de terrorismo se hizo explotar cuando la Policía se aproximaba a ella.
Pearson, la experta del Royal United Services Institute, afirma que aunque las mujeres participan en operaciones terroristas, lo hacen ayudando a los yihadistas y desempeñan funciones logísticas. "Estas [funciones] suelen ser no violentas -recaudar dinero, esconder tarjetas SIM, ayudar a planear. Pero estas funciones son relevantes. Contribuyen a realizar actos violentos".
¿Qué las motiva a ir?
“Por qué las mujeres occidentales encuentran atractivo el unirse al EI continúa siendo un tema de debate. Sin embargo, parece haber un factor universal que lleva tanto a mujeres como a hombres al EI: la promesa de una vida de aventuras en un atuendo religiosos con la que satisfacer la necesidad de emoción y al mismo tiempo pretender que se da significado a la vida”, indica la Universidad de Oxford.
El New York Times describe en un artículo cómo el islam radical se ha convertido en una nueva forma de rebeldía para los jóvenes musulmanes, como puede serlo la música punk para otros adolescentes.
El Instituto para el Diálogo Estratégico de Londres distingue tres razones principales. La primera de ellas es que las mujeres que emigran a Siria e Irak entienden que la comunidad musulmana global sufre ataques continuos y es oprimida. Por otro lado, las mujeres que se marchan creen en una “nueva visión de la sociedad”, dice el Instituto. Creen en la construcción del califato como una sociedad mejor regida por la ley islámica. Finalmente, la última razón es que lo ven como una cuestión de deber religioso personal y también por el hecho de pertenecer a un colectivo que comparte su visión.
El Instituto detalla también cómo las mujeres que viajan para unirse al EI perciben beneficios económicos del grupo. Por ejemplo, las solteras viven en un hostal gratuito y reciben alimentos. Cuando una mujer y un hombre se casan reciben una vivienda, según los testimonios de las mujeres monitoreadas en su estudio. Y cuando sus maridos fallecen, reciben un trato especial en la comunidad por ser las viudas de “mártires”.