El estilo victoriano ha vuelto: volantes, plumeti, transparencias, bordados, macramé y… terciopelo. Te enseñamos cómo combinar este tejido.
El terciopelo desde siempre ha tenido un aire sofisticado, elegante y hasta misterioso. Es cálido, suave y brillante, y parece que tiene todas las de ganar para convertirse en el tejido estrella de esta temporada de invierno.
Sin embargo, lejos de ser un textil de fácil combinación, en muchas ocasiones lo hemos descartado por el matiz que se le ha dado siempre de barroco y recargado. Lo importante, como siempre, es saber elegir bien la prenda y el momento adecuado para lucirla.
A pesar de todo, el terciopelo es versátil y muy fácil de combinar. Sus compañeros ideales de armario son el cashmere y el algodón. Hay que evitar fusionarlo con lanas demasiado toscas o burdas porque entonces se verá muy recargado.
Si lo quieres llevar de día, con un look casual, puedes llevar un top aterciopelado con unos vaqueros o incluso con un pantalón de vestir. También puedes combinar una camiseta de cuello largo con una falda larga de lana por debajo de la rodilla. Si eres de las atrevidas, prueba con un pantalón de pata de elefante de terciopelo con una blusa sencilla.
Para tus salidas nocturnas, el terciopelo será el tejido que te haga cobrar un aire más chic y glamuroso. Lo mejor será combinarlo con el satín, el raso o la seda. Preferiblemente sin lentejuelas si no quieres ir demasiado recargada. Si tienes una velada especial, ponte un vestido largo y ajustado de terciopelo, ¡deslumbrarás!
Y como pasa con casi todos los textiles, no mezcles el terciopelo con otras prendas del mismo material, a no ser que sean un juego. Además, descarta estampados muy bruscos, intentan que sean lo más discretos posibles y combínalo con prendas de color liso.