En el Congreso de los Diputados que salga de las elecciones del 20-D habrá alrededor de 135 mujeres, un 38,6% del total, según el modelo de estimación de Kiko Llaneras. Nunca antes se habrá elegido un parlamento con tantas mujeres. En la última legislatura ese porcentaje fue del 36%, aunque ha ido variando a lo largo de la legislatura por las bajas y sustituciones de los partidos.
El mayor equilibrio de género entre los diputados electos el 20 de diciembre se producirá a pesar de Ciudadanos. En este partido sólo 16 de sus 67 diputados (24%) serán mujeres, según el modelo de Llaneras. Ningún grupo parlamentario de uno de los dos grandes partidos había tenido tan pocas mujeres desde el Partido Popular del año 2000, que tuvo un 25% de mujeres, 46 mujeres de 183 diputados.
Ciudadanos celebra primarias, pero no ha previsto ningún sistema para evitar que ocurran estos desequilibrios. “Los hombres han ocupado históricamente más puestos de responsabilidad y eso hace que tengan más visibilidad en los procesos de primarias”, dice Pablo Simón, profesor de la Universidad Carlos III. El PSOE, que tiene un mecanismo centralizado, tiene listas cremallera -donde se intercalan un hombre y una mujer- y eso hace que 45 de sus 87 diputados más probables sean mujeres, un 52%. Es posible que el PSOE sea el primer gran partido con más mujeres que hombres elegidos al Congreso.
Pedro Sánchez llamó “machista” a Albert Rivera en el último debate por negarse a imponer cuotas en su partido. La ley española dice que en las listas de un partido ningún género debe estar por debajo del 40%. Pero ese cálculo puede hacerse por cada cinco puestos: si entre los cinco primeros hay dos mujeres, ya es legal.
El problema es que si, debido al proceso de primarias o por cualquier otro motivo, las mujeres no van casi nunca primeras, quedarán fuera en muchas provincias pequeñas. En Ciudadanos, según un cálculo del periódico digital Contexto, el 78,8% de cabezas de lista son hombres. Si las mujeres no van ni primeras ni segundas ese efecto es mayor y afecta a provincias también medianas. Según nuestra estimación, Ciudadanos sólo logrará dos escaños o más en 11 provincias y en siete de ellas los dos primeras de la lista son hombres. En las otras cuatro, los dos primeros son un hombre y una mujer.
Podemos, que como Ciudadanos ha celebrado primarias, tendrá según el modelo de Llaneras 20 mujeres por 22 hombres. El partido de Pablo Iglesias vigiló más quién iba de segundo: impuso listas cremalleras después de los resultados de las primarias.
Aunque las primarias casan mal con la imposición de cuotas, “hay modos de corregirlo”, según dice Simón. Una vez escogidos los candidatos puede darse algún reordenamiento por género.
En Ciudadanos parece que se escudan en la meritocracia: “Soy contrario a las cuotas de paridad, aunque comparto el objetivo”, dice Rivera en su libro El cambio sensato. Ciudadanos dice que las mujeres deben llegar a todas partes por sus propios méritos en condiciones iguales: las diferencias salariales son “la auténtica desigualdad, y no si hay más o menos mujeres en un consejo de administración”, dice Rivera. Pero ese argumento se debilita al elegir cargos públicos porque en su caso la representatividad es un elemento más importante que en un consejo de administración privado.
Ciudadanos no emplea cuotas en sus listas y la composición de su grupo parlamentario es un ejemplo de que, como dice Simón, “de lejos, las cuotas legales son el elemento más efectivo para conseguir una mayor igualdad de género en los cuerpos legislativos”. En cualquier caso, la decisión del partido de Rivera hace que su grupo se vaya a parecer respecto al equilibrio entre hombres y mujeres sobre todo a la vieja política: la del PP de la mayoría absoluta de Aznar en 2000.