Altiva, despótica y diva sin condiciones. Bette Davis, una de las estrellas más brillantes que Hollywood nos ha brindado, era fría y sarcástica, con (dicen las malas lenguas) algún que otro arranque de ira. Su nombre real era Ruth Elizabeth, pero decidió ponerse «Bette» de nombre artístico tras leer "La prima Bette" de Honoré de Balzac.
Las sensaciones que esta mujer provocaba sobre los demás eran variadas y, muchas veces, confrontadas: sin duda era una mujer admirable, aunque un tanto insoportable. Nadie se atrevía a etiquetarla de fea o de guapa, su atractivo era sin duda su carácter, aunque destacaron siempre sus ojos saltones, un elemento clave en su teatralidad y gestualidad en los filmes en los que participaba. Once veces nominada en los Premios Óscar de la Academia, y dos veces ganadora a Mejor Actriz por las películas Peligrosa (1935) y Jezabel (1938), Bette Davis es todo un icono social e histórico. En 1999, Davis fue seleccionada como la segunda mejor actriz de todos los tiempos en la lista del American Film Institute, precedida por Katharine Hepburn.
Por eso nunca es mal momento para rememorarla, ni hace falta tener una excusa para hacer un homenaje. Lo que queremos es que apuntes estas sentencias lapidarias de la actriz y las memorices, por si algún día tienes que soltarle a alguien alguna bomba a lo Bette Davis, es decir, sin pelos en la lengua.
Cine e industria de Hollywood
“Trabajo para estar viva”.
“El cine me ha proporcionado muchas cosas, pero sobre todo amor”.
“No me retiraré mientras siga manteniendo mis piernas y mi caja de maquillaje”.
“La televisión es maravillosa. No sólo nos produce dolor de cabeza, sino que además en su publicidad encontramos las pastillas que nos aliviarán”.
“Un director de cine es un lector de las normas de tráfico. Un buen director de cine es un interpretador de un guión bueno. Y un gran director de cine es el que sabe ofrecer una visión distinta del mundo".
"La gente a menudo se hace actriz porque no les gusta algo de sí mismas: fingen que son otra persona".
Éxito y decadencia
Bette Davis fue toda una estrella durante la década de los años 30 en la industria de cine más famosa, Hollywood. Sin embargo, llegados los años 50 y 60, la decadencia de Davis era latente, tanto que se vio obligada a aceptar co-protagonizar una película con su mayor enemiga, Joan Crawford durante los sesenta: ¿Qué fue de Baby Jane?
"Nunca estaré debajo del título".
"Quería ser la primera en ganar tres Oscar, pero Miss Hepburn ya lo ha hecho. En realidad no lo ha hecho. Miss Hepburn sólo ganó medio Oscar. Si a mí me hubieran dado medio Oscar, lo habría lanzado contra sus caras. Como ves, soy Aries. Nunca pierdo".
"Soy la maldita mejor dama que ha existido".
“Yo fui el Marlon Brando de mi generación”.
“He llegado a la cumbre a fuerza de mucho arañar e incluso habría recurrido al asesinato para conseguirlo”.
"Hollywood siempre me quiso para que fuese bella, pero yo luché por el realismo".
Rivalidad constante: su enemiga Joan Crawford
Joan Crawford y Bette Davis eran más parecidas de lo que ambas creían. Las dos, divas de Hollywood, mantuvieron una vida de confrontaciones y enemistades, causadas por la rivalidad en las pantallas. Bette nunca ocultó su odio hacia Crawford:
“No le mearía ni aunque estuviese ardiendo en llamas”.
“Uno nunca debe decir cosas malas sobre los muertos, sólo se deben decir cosas buenas... Joan Crawford está muerta, ¡qué bien!”.
“El mejor momento que tuve con Joan Crawford fue cuando la empujé por las escaleras en el rodaje de ¿Qué fue de Baby Jane?”
“¿Por qué soy tan buena interpretando a prostitutas? Creo que es porque no lo soy. Probablemente por eso es por lo que Miss Crawford siempre interpreta señoritas”.
“Todo el mundo tiene corazón, excepto algunas personas” (¿se refirirá a Miss Crawford?)
Matrimonio y familia
"Si nunca has sido odiado por tu hijo, nunca has sido un padre".
"Me casaría de nuevo si encontrara a un hombre que tuviera quince millones de dólares, me cediera la mitad, y me garantizara que estaría muerto dentro de un año".
"Gary [su cuarto marido] era un macho man, pero ninguno de mis esposos ha sido lo suficiente hombre para convertirse en Sr. Bette Davis".
"Nosotras las actrices de cine siempre acabamos solas, ¿Quién sabe?, tal vez eso es lo que queremos".
"La vejez no es lugar para señoritas".