La pasarela parisina ha desterrado los formales estilismos de oficina de la moda hombre para hacer de los adolescentes la última tendencia, con pantalones caídos y anchos, como propuso Off-White, o el uniforme colegial de Namacheko, mientras que Y/Project introdujo la licra en sastrería.
El estadounidense Virgil Abloh, que se estrena como director creativo de Louis Vuitton, demostró mantener la pasión intacta en su propia firma, Off-White, famosa por las prendas deportivas y colaboraciones con marcas como Nike o Converse.
Off-White dedicó la colección al grafitero neoyorquino Dondi White, uno de los precursores de este arte callejero, cuyo espíritu casa bastante bien con la ambición de Abloh de poner las tendencias más urbanas al servicio del lujo. Para ello, creó impermeables de lentejuelas, introdujo pantalones vaqueros anchos y camisetas de manga corta y talla extra grande, apropiándose de un estilo propio de raperos.
El diseñador, un gurú de las redes sociales, mostró en su cuenta de Instagram horas antes del desfile cómo un artista pintaba a mano un abrigo blanco estilo bata, con grafitis que imitaron los de White, y que fue una de las piezas estrella de la pasarela.
El estadounidense dio forma a la ropa que le hubiera gustado llevar a sus quince años: a modo de logo, las letras de Off-White quedaron plasmadas en multicolor sobre los pantalones, mientras los dibujos de la serie The Simpsons llenaron camisetas y jerséis.
Esta segunda jornada de la Semana de la Moda hombre, donde se presentan las colecciones primavera-verano 2019, concentró a algunos de los talentos más prometedores, como lo es Glenn Martens, el belga detrás de la firma Y/Project.
Martens escogió unos jardines en el centro de la capital para presentar una línea más cargada de color de lo habitual. Y/Project puso sobre la pasarela piezas de fondo de armario como gabardinas, cazadoras de aviador y trajes de sastrería, envueltos en una tela de licra para un efecto segunda piel.
"Es una silueta en la que puedes quitar o poner capas", describió el diseñador a los periodistas tras el desfile. Martens escogió prendas básicas, como vaqueros, pero innovó con una trabajada costura, como unos pantalones denim de talle bajo con doble tiro, con los que lograba un efecto caído (sin que se tenga que mostrar la ropa interior), u otros con cortes en las ingles que creaba un trampantojo de chaparreras, como las que llevan los vaqueros americanos.
"La construcción ha sido el reto de esta temporada: si siempre eliges prendas simples sería muy aburrido, así me reto a mí mismo y a mí equipo. No se trata solo de hacer cosas bonitas, sino de ver hasta dónde podemos llegar", afirmó Martens.
El diseñador, de 34 años, tiene una visión clara de su trabajo, con el que ha llamado la atención de marcas como Diesel, que le acaba de encargar una colección cápsula. Por su parte, la firma Namacheko también retomó su inspiración de la juventud, con una colección digna de convertirse en uniforme escolar.
Convencido de que la ropa debe reflejar su propia identidad, su diseñador, el kurdo Dilan Lurr, volvió a su infancia en Kirkuk (Irak), ciudad que dejó cuando tenía 9 años para instalarse en Suecia con su familia, para crear una línea especialmente colorista. Namacheko escogió tejidos gruesos de apariencia rígida, muestra de su gusto por la sastrería más tradicional de la que siempre queda rastro en sus pasarelas.
[Más información: Estos son los 20 vestidos de verano perfectos para cualquier evento]