El pelo y la manera en la que se luce dice mucho de una persona. Un cabello cuidado, brillante y fuerte refleja la buena salud de quien lo lleva y el interés que pone en presumir de su buen aspecto. Sin embargo, las buenas intenciones a menudo no bastan para conseguir un pelo bonito y rejuvenecido. Elixires de la belleza como las mascarillas para el cabello son los mejores aliados para cuidar de la melena sin tener que recurrir a tratamientos caros o perder excesivo tiempo en sesiones de peluquería.
Todos tenemos a nuestra disposición en cualquier establecimiento o superficie de compra una amplia gama de mascarillas, pero ni todas valen para todos los tipo de cabello ni la gran mayoría de la población sabe aplicársela correctamente.
Dos formas de aplicación:
Existen dos métodos para que la función de la mascarilla se cumpla a la perfección: aplicarla antes o después de meterte en la ducha. Si se opta por hacerlo antes del lavado, debe ser aplicando el producto y enrollando una toalla húmeda que haya cogido calor en el microondas y así la mascarilla logra profundizar hasta el máximo. Debe mantenerse así máximo una hora.
Si, en cambio, se prefiere extender la mascarilla tras la limpieza con el champú, los pasos a seguir son los siguientes:
1. Extender de media melena a puntas:
Con una medida de producto equivalente a una avellana, o dos si se posee gran cantidad de pelo, se divide sobre las dos manos y se aplica de arriba abajo desde la mitad de la melena hasta las puntas. Es la parte más quebradiza y débil del cabello, por eso debe incidirse en esa zona pero sin exceso de crema que pueda engrasar.
2. Peinar el cabello:
Tras su aplicación, lo ideal es ayudarse de un peine de púas más anchas de lo normal que faciliten la división del peinado y ayuden a la penetración del producto. Para mayor absorción, es preferible masajear la zona con suavidad y pequeños movimientos circulares.
3. Enjuagar con agua tibia:
Después de mantener la mascarilla entre 3 y 10 minutos sobre el cabello, utilizar agua tibia para eliminar los restos de crema. Es preferible emplear agua temblada o fría, pues aportan brillo y tacto de seda tras su lavado.
¿Cuál va conmigo?
Teñido, seco y dañado. Son los tres tipos de cabello que más sufren los españoles y los que necesitan mayores atenciones. Por eso existen mascarillas específicas que ayudan a combatir los síntomas y aspectos principales de estas causas, como: tonos apagados, puntas abiertas, decoloración, sensación áspera al tacto...
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