Tener las uñas bien cuidadas es muy importante y uno de los procesos donde más se daña es a la hora de desprenderse del esmalte embellecedor. No siempre es fácil y hay una forma fácil de retirarlo. Hay profesionales que conocen a la perfección cómo hacerlo. Maribi Arnedo, responsable en España de la firma sudafricana Bio Sculpture, arroja algunas pistas al respecto: "Lo mejor para la uña y la piel de alrededor es no utilizar acetonas puras, que se eliminan rápido pero también dañan mucho y resecan. Lo mejor es un quitaesmalte sin acetona, hoy se encuentran en muchas tiendas y centros de manicura. Normalmente, se empapa un algodón y se frota en la uña, lo que causa que se manche toda la piel de alrededor".
Sin embargo, se debe llevar a cabo de la siguiente forma: "Lo correcto es empapar un algodón no muy grande y colocarlo encima de la uña, presionando con el pulgar y esperando unos segundos. Cuando se pueda mover el algodón sobre la uña, todo el esmalte se habrá eliminado. Después, nos lavamos las manos con jabón suave e hidratamos".
Por su parte, Elmis S. Pacheco, master educator de la firma norteamericana ORLY, apostilla: "En el mercado ya existen quitaesmaltes sin acetonas y con aceites esenciales para no resecar las uñas. La manera más adecuada de retirarlo en casa es con un disco de algodón y tal vez lo más traumático para tus uñas, retirarlo arrancando el esmalte, ya que con esto las debilitamos y sin darnos cuenta, quitamos sus capas".
En lo que respecta a cómo prolongar la duración del esmaltado, lo aclara Stefanía Ospina, manicurista: "Una vez pintadas las uñas, debemos esperar que sequen y aplicar después un top coat transparente que proteja el color. Pasado un minuto, aplicar un secante o quick dry, y poner un poco de aceite en las cutículas".
Para terminar, se alerta sobre lo que no se debe hacer bajo ningún concepto: "Una vez que utilicemos nuestro esmalte en casa debemos limpiar la boca del esmalte con un papel que no suelte pelusa, no con algodón, para que quede bien cerrado el esmalte y evitar que de la luz directa de los rayos solares, ya que tienden a modificarse o decolorarse por la acción de los mismos. Algo tan fácil como meterlo en el frigorífico, en un sitio donde un niño no lo pueda coger, puede hacer que tu esmalte dure toda la vida".
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