Los nuevos ritmos que llegaron a la capital británica en los años sesenta, la época conocida como Swinging London, tenían que bailarse con las piernas despojadas de toda tela, había nacido la minifalda y la diseñadora Mary Quant estuvo ahí para popularizarla.
El museo Victoria&Albert ha querido rendir homenaje a esta creadora que revolucionó la escena de la moda en aquella década de ebullición para que las nuevas generaciones sean conocedoras de su "gran contribución". Así lo ha manifestado en una entrevista una de las comisarias de la muestra Jenny Lister, que destacó la figura de Quant (Inglaterra, 1930) como la artífice de la democratización de la moda en el Reino Unido.
Popularmente conocida como la madre de la minifalda, lo cierto es, según ha explicado Lister, que ni la británica ni el modisto francés André Courrèges, con quien se disputa esa paternidad, fueron los verdaderos creadores de esta prenda. "A finales de los años cincuenta nació la minifalda como una moda urbana; era una época en la que se escuchaba nueva música procedente de América y para bailarla tenía sentido que las faldas fueran más cortas", aclaró la experta.
Quant "captó esa energía" y comenzó a venderlas en su pequeña boutique, Bazaar, que abrió en 1955 en la conocida calle de King's Road, en el acomodado barrio de Chelsea. "Lo que hizo ella fue promocionarla, la llevaba ella misma. Es indudable la contribución que hizo para darle visibilidad", agregó Lister.
Desde su pequeña tienda en el centro de Londres, la diseñadora comenzó a captar la atención de la gente de la industria con sus petos, sus colores chillones y sus prendas de inspiración masculina. Gracias a su valentía para retar a los convencionalismos, pronto dio el salto a convertirse en una marca de éxito internacional y se transformó en la mujer "que hizo la moda menos exclusiva y accesible a toda una nueva generación". Y no solo eso sino que, indicó la comisaria, "su actitud también derribó muros en la industria y se convirtió en un fuerte referente para las mujeres que se querían dedicar a la moda en la época".
Tanto fue su éxito que, en 1966, la reina Isabel II le concedió la medalla de la Orden del Imperio Británico (OBE) por su contribución a la moda, distinción que recogió en el Palacio de Buckingham ataviada, como no, con una de sus minifaldas.
Las nuevas técnicas de producción en masa contribuyeron a expandir la obra de Quant, que lucieron todas las estrellas de la época, con la modelo Twiggy como una de sus grandes embajadoras. "Mary Quant transformó el sistema, derrocando la dominación de la alta costura parisina. Ella vistió a la mujer liberada, despojada de normas y reglamentos, y a aquellas que no querían vestir como sus madres", concluyó la comisaria.
La exposición ha aunado más de 120 de las creaciones de Quant, incluyendo además de las famosas faldas otros diseños, así como accesorios y cosméticos, en un colorido recorrido cronológico que abarca desde 1955 a 1975. Además, el V&A inició en junio del pasado año una exitosa campaña en la que pedían a las mujeres británicas que les enviarán ropa de Quant o fotografías luciendo sus diseños para incluirlas en la muestra. El museo recibió más de 1.000 respuestas y 35 de estos trajes, así como 50 instantáneas de personas anónimas con ellos puestos, que se exhiben en esta retrospectiva, que podrá visitarse desde el próximo 6 de abril hasta el 16 de febrero de 2020.
A sus 89 años, Mary Quant es historia viva de la moda y su legado también lo está en cada una de las mujeres que cada día escogen lucir orgullosas su piernas.
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