A un año de cumplir medio siglo de carrera, el diseñador francés Jean-Paul Gaultier(67 años)dio rienda suelta, en la Semana de la alta costura parisina, a su libertad creativa con una colección extravagante y de inspiración animal para la que, fiel a su promesa, no utilizó pieles.
Sus prendas para el otoño e invierno 2019-2020, presentadas en la última jornada de la Semana, apostaron por estampados que sirvieron como trampantojo y le permitieron abandonar un material que ha utilizado en toda su trayectoria, pero al que en noviembre, por concienciación ecológica, decidió renunciar.
En sus oficinas centrales de París, lugar en el que presenta habitualmente sus desfiles, Gaultier ofreció además creaciones de generosos volúmenes, con abrigos acolchados y asimétricos, capas cónicas que cubrían también la cabeza y cinturas entalladas.
La "mujer Gaultier", según indicó a EFE al terminar la muestra, es una persona "fuerte, con cabeza y ganas, que toma el poder", y con "un lado masculino y femenino", que él reflejó en un elegante traje pantalón falda.
"Con mi moda quiero comunicar la libertad y que no hay un solo tipo de belleza. La belleza es una cosa muy subjetiva, tienes que abrir los ojos para verla. Puede ser una manera de hablar, de moverse. Mira con tu cerebro y si te emociona, es que es bello", dijo.
Gaultier fue generoso con los flecos que terminaban sus abrigos y faldas, con cuellos que tapaban cabeza y espalda y con grandes cinturones, algunos parte del vestido y otros declinados a modo de corsé, una de sus aportaciones más icónicas al mundo de la moda.
El blanco, el negro o el camel protagonizaron abrigos y trajes, pero las presentaciones que despertaron aplausos espontáneos fueron las inspiradas en el pelaje animal y las que explotaron toda la gama flúor, con brillantes rosas, amarillo o azul.
El creador ofreció igualmente transparencias, que alcanzaron su apogeo en un vestido de novia, completamente blanco y con forma de cono de la cabeza a los pies, una estructura que él reconoció poco comercial, pero que le permitió jugar con las proporciones.
En primera fila estaba la actriz española Rossy de Palma, a la que le une una relación profesional y de amistad desde hace décadas que quedó en evidencia el pasado marzo al tenerla como estrella invitada en el espectáculo sobre su vida concebido para el cabaré Folies Bergère, actualmente de gira.
La súper modelo portuguesa Sara Sampaio o la cantante estadounidense Christina Aguilera, que este jueves actúa en París, fueron otras de las caras conocidas que le apoyaron en su presentación.
Elie Saab y sus estampados de lentejuelas
También fue el turno en esta última jornada de alta costura del diseñador libanés Elie Saab (55 años).
"La colección se inspira en la riqueza de China y el este asiático, cuyas culturas están llenas de simbolismos, dibujos que han intrigado durante siglos e historias que han atravesado las generaciones", explicó su marca.
En una diáfana sala del Palais de Tokyo, el museo dedicado al arte contemporáneo, Saab se valió de su experiencia en las técnicas de bordado para recrear las siluetas chinas, con estampados de lentejuelas, diamantes y colores como el carmín, el púrpura o el azul noche.
Una colección de siluetas fuertes suavizadas por un translúcido tul, un agradable terciopelo o un vibrante tafetán de seda.
Las plumas y los tonos dorados o piel completaron los conjuntos, en los que el dragón chino se convirtió en un voluminoso vestido tafetán en seda o el kimono se llevó con pantalones palazzo, fluidos y de pata ancha.
En los accesorios, destacaron diademas con tres monedas en relieve, a modo de corona, un guiño a los amuletos orientales, mientras que un altísimo tacón de terciopelo, piel y diamantes vistió a las modelos por los pies.
La colección cerró con un extravagante vestido de novia en color piel con lentejuelas doradas en el busto y en la falda, donde formaban un dragón alado, acompañado de una exagerada capa dorada de mangas anchas y cola.
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