Ailanto se ha encargado este domingo de inaugurar la tercera jornada de la pasarela madrileña Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, en la que también se ha visto una coqueta colección de baño y lencería de Andrés Sardá (57 años) y los minimalistas vestidos de noche de Angel Schlesser, en una jornada con categoría.
La nueva colección de Ailanto, Still Life, tiene un mensaje claro: salvar y conservar los océanos. Una idea que también trasladan a la escenografía colocando a modo de collar de perlas bolas hechas con los envoltorios de plástico en los que llegan protegidos los tejidos al estudio de esta firma.
Como es habitual en su trabajo, los hermanos Iñaki y Aitor Muñoz vuelven a inspirarse en la pintura para crear sus propios estampados. En esta ocasión, en las naturalezas muertas de la pintora del siglo XVIII Anne Vallayer-Coster. A partir de esos bodegones, Ailanto ha ideado una colección con muchas prendas superpuestas adornada con corales, conchas, perlas, estrellas o caballitos de mar, con los que ha creado prendas fluidas.
Aunque el vestido, ligero y liviano, es el epicentro de la nueva colección primavera-verano 2020, sobresalen chaquetas camisones, ligeras capas, chalecos construidos a base de perlas, blusas con mangas abullonadas o faldas pareo. Especial interés ha despertado una serie de piezas rojas estampadas con lirios, así como un vestido lencero en tono coral, bordado y realzado con abalorios del universo marino, traje de chaqueta combinada con una blusa de lentejuelas cosidas en forma de red.
Después, Andrés Sardá, bajo la dirección creativa de Nuria Sardá, sitúa su colección en un "resort" americano con cabañas de madera y un bonito lago para bañarse. Una historia que viste con una colección de lencería y piezas de baño llenas de fantasía, en la que también aparecen prendas exteriores que actúan pero no eclipsan.
Al despertar, en la habitación se ve una lencería sofisticada, con encajes superligeros, en ocasiones adornados con plumas, detalles de cristal y vivos rasos. En la parte de baño destacan prendas de piqué con volumen y un triquini anudado con coquetos lazos en tres colores: azul, camel y amarillo. Otra pieza con encanto es un biquini de croché con braga alta adornada con caprichosos volantes, una delicia que ha dado paso a prendas de tarde, "ideadas para cuando las chicas van al autocine", explica Nuria Sardá, quien juega al contraste entre lo interior y el exterior y propone prendas de denim y tartán.
La noche es opulencia y diversión en el parque de atracciones, una idea que desarrolla con piezas de encajes y sedas en tonos tan dulces como el algodón de azúcar. La traca final un vestido de tul plumeti, elegancia y osadía. Daniel Rabaneda, al frente de Angel Schlesser, renueva los patrones de la firma sin tirar de archivo. Este joven pero curtido diseñador, familia de Paco Rabanne (85), presenta siluetas masculinas adaptadas a la mujer en una colección "con rollo relajado". Desde que Rabaneda llegara a Angel Schlesser en febrero de 2018 ha estudiado y observado la sencillez de las formas, el minimalismo de esta casa que desde principios de 2016, el 75 por ciento de la marca pertenece a Óscar Areces.
"He estado observando el trabajo anterior, he aprendido mucho, tenemos muchas cosas en común, ahora me he atrevido a hacer cosas nuevas, pero siempre bajo la coordenadas de la simpleza", ha contado antes del desfile, en el que se han visto prendas en tonos muy lavados "como si estuvieran comidas por el sol".
Sobre la pasarela se han visto una colección que fusiona el mundo urbano con el natural. Chilabas, trajes de chaqueta, vestidos plisados y un interesante punto con falso canalé arman una colección en la que por primera vez Rabaneda ha trabajado vestido de largo, para la noche. "No soy de hacer vestidos largos, ha sido todo un reto", dice este diseñador, que ha mostrado mucha transparencia, algo inusual en su universo creativo, pero que ha llevado a cabo con gran gusto. Todo un acierto.
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