El diseñador Moisés Nieto le ha cogido gusto a desfilar fuera de Ifema y ha vuelto a hacer del Centro Superior de Diseño (IED Madrid) una pasarela improvisada, para mostrar el "lujo" de bordados artesanos y el placer de disfrutar de la calma. La propuesta de Moisés Nieto en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid para la primavera-verano 2020 se ha concentrado de nuevo en mostrar la moda desde dentro, con una puesta en escena que deja al descubierto la trastienda de un desfile y cómo vestir a una modelo.
Un tendedero desde el que colgaban las prendas y ropa de hogar era el escenario previsto para comenzar el desfile con reivindicación plasmada en la camiseta que lució una modelo, Yo sí quiero Madrid Central. Dicho esto, Nieto explica a Efe minutos antes del desfile que su inspiración partía de la idea de "lujo, de un lujo sencillo como es la sobremesa después de una comida o una cena con amigos".
A partir de ahí, de la necesidad de alejarse del estrés del día a día, "rebuscó" en un cajón repleto de mantelerías bordadas, de servilletas "un ajuar familiar superbonito en el que también había delantales y manteles", que pertenecían a su madre y a sus tías, que luego "algunos amigos" fueron haciendo crecer con textiles similares, con mucha historia. Con esos mimbres, el diseñador jienense, "deconstruye" cada pieza para crear, a partir de servilletas y manteles, faldas, blusas y vestidos con el blanco como protagonista. "He apostado por una gama cromática ligera y veraniega, donde el color no tiene peso salvo algún verde muy lavado".
Sobre tejidos como el lino, el algodón o la seda se incorporan los bordados, pura artesanía de costura familiar. "Ha sido muy 'guay' trabajar a partir de ellos", añade, mientras prepara las prendas sobre un espacio en el que aparecen tendidas, y que nacen a partir de doce servilletas bordadas o cuatro manteles de lino desde donde surge una propuesta con un estilo "mediterráneo".
El creador reconoce que "ha sido un verdadero lujo trabajar con esos tejidos". "No estoy acostumbrado a comer sobre manteles bordados, quizá alguna vez en Navidad, y hemos sustituido ese lujo en la mesa, que incluso antes tenían familias sin dinero, por algo tan vacío servilletas de celulosa". El ganador del Premio Nacional de la Moda Nuevo Valor de 2017 construye una colección partiendo de un cuadrado, una figura geométrica que cambia por completo al pasar "al cuerpo femenino", siluetas que no van ceñidas, que vuelan sueltas en sus diferentes versiones, dejando que la frescura y la brisa del verano las muevan.
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