La arquitectura y la exuberante naturaleza costarricense son las que han inspirado a Juan Duyos (49 años) para construir sobre telas exquisitas una colección de colores impactantes, con rojos intensos, clorofila en blusas y verde agua en pailletes de vestidos y camisolas. "Pura vida", la popular frase con la que recibe Costa Rica, cobra vida sobre la pasarela.
Con un respeto absoluto a la cultura del país centroamericano, Duyos ha trasladado esa "riqueza artística de una manera muy personal" a las prendas.
Ha incorporado a cada look complementos elaborados por artesanos locales como los pendientes que han lucido las modelos: hojas de palmera, creados a partir de "residuos de plástico reciclados" o las coronas de cristal y metal que representan las hojas de las plantas del café. La vistosidad del color de pájaros como las lapas sirve para crear falda y blusa, de escote vertiginoso, con lentejuelas de rojo intenso mientras que la belleza del aguamarina del mar se plasma en un vestido de líneas rectas, para dar paso a una blusa de seda con la imagen de un colibrí que se multiplica en negro. Las lazadas son un complemento más en versión maxi en la parte delantera de vestidos y cayendo sobre la espalda anundando al cuello. Las mangas terminadas en volantes ofrecen movimiento a una costura estructurada, en la que se percibe la delicadeza de los bordados en azabache, de hojas de palma sobre tul, realizadas con manos primorosas.
Las líneas rectas en vestidos estampados muy estructurados y la estampación de color son un guiño a la arquitectura "brutalista", con hombreras casi delineadas a escuadra y cartabón, que conviven con pantalones rectos de flores extragrandes.
Roberto Diz se inspira en Portugal
Roberto Diz también se inspira en otro país, en este caso muy querido y donde pasó gran parte de su infancia, Portugal. "Yo nací en un pueblo justo en la frontera y me siento parte de las dos culturas", por ello ha querido rendirle homenaje: un desfile. Singulares piezas de orfebrería de anticuarios portugueses, elaboradas por artesanos del país han viajado hasta sus vestidos en forma de lazos y cruces que se incorporan a las prendas. Pero la "filigrana portuguesa" también está presente en una magnífica chaqueta de ecopiel metalizada completamente calada. "He apostado por una colección más comercial, por prendas más urbanas", comenta el diseñador, sin alejarse por completo de piezas que invitan a desfilar por la alfombra roja de un estreno cinematográfico, para las que apuesta por diseños con más volumen, "pero que ganan en ligereza respecto a colecciones anteriores", en blanco y negro.
Por primera vez, Diz incorpora un estampado a su colección, en la que aparecen colores intensos como el naranja "en recuerdo a las naranjas lusitanas". Los blancos tienen también protagonismo y piezas en negro, "en recuerdo al luto portugués", algunas de ellas en tejido de red.
Una de las piezas estrella es un traje de pantalón, de corte esmoquin en blanco, en el que en la parte posterior de la chaqueta-capa aparece serigrafiada la Virgen de Fátima, bordada en azabache.
"Mi abuela era portuguesa y siempre tendré una relación muy especial con esta tierra", concluye Roberto Diz.
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