La diseñadora británica Stella McCartney (47 años), que en marzo del año pasado se separó del grupo del lujo Kering, se ha unido a LVMH para seguir desarrollando su marca, según destacó este lunes el consorcio francés.
LVMH indicó en un comunicado que la creadora seguirá siendo "directora artística y embajadora" de su firma y conservará una participación mayoritaria.
El acuerdo, del que darán más información en septiembre, "tiene como objetivo acelerar el desarrollo mundial" de la marca, sin renunciar a que esta siga siendo fiel a los compromisos adoptados en favor de "una moda sostenible y ética".
La diseñadora e hija del exmiembro de The Beatles Paul McCartney (77), pasará a ser además "consejera especial" del presidente ejecutivo de LVMH, Bernard Arnault (70), y de los miembros del comité ejecutivo del grupo en materia de desarrollo sostenible.
"Es el principio de una bella historia juntos. Estamos convencidos del gran potencial de su 'maison"", dijo en la nota Arnault, que consideró decisivo para esta operación el compromiso de McCartney en la defensa de todo lo relacionado con el medio ambiente y la ética.
En esta línea, la diseñadora ha llamado la atención por unas recientes declaraciones en las que sostiene que "no hay que lavar la ropa continuamente". Además añade que no solo sostiene esta máxima por cuestión de ecología y protección a la naturaleza sino porque ella aprendió en una sastrería de lujo británica que para eliminar las manchas de las prendas no hay que lavar todo el traje. ¿Su recomendación? Airear y cepillar. Según McCartney, solo hay que lavar lo justo y necesario: contamina menos, reduce el consumo de energía y, por supuesto, prolonga la vida de la prenda que no sufre el maltrato del agua constante y los potentes químicos de los detergentes y suavizantes.
Se puede decir sin miedo a caer en el error que Stella McCartney es de las diseñadoras que predica con el ejemplo. En su último desfile de moda en París, el reciclaje y el uso de tejidos sostenibles fueron clave en la colección -como lo es en la marca-, por lo que McCartney se valió de camisetas recicladas para convertirlas en vestidos; de algodón orgánico y de viscosa ecológica. También en sus creaciones para hombre, de estética militar, con un abrigo hecho a base de Fur-free-fur, (pelo libre de pelo), un tejido fabricado por la marca para imitar el pelaje de animales.
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