Faldas cortas, botas altas y chaquetas anchas. Así entiende la firma Saint Laurent las tendencias para próxima primavera-verano 2020, según ha mostrado este martes su director creativo Anthony Vaccarello, que se ha prometido a sí mismo huir del "puritanismo" de la época.
Había razones para defenderse pues desde que el belga, de orígenes italianos, llegó a la maison en 2016, sus atrevidos y sensuales diseños han sido a menudo tachados de sexistas e incluso misóginos.
Vaccarello, que ha combatido las críticas esta semana en una entrevista al semanario francés Le Journal du Dimanche, ha vuelto a imponer su estilo, a saber, pantalones exageradamente minis, faldas cortísimas, hombros triangulares, cuero y lentejuelas.
"Es demasiado corto, demasiado transparente. Odio este nuevo puritanismo que lo juzga todo. Me niego a seguir las cuotas que cuentan el número de personas de color en los desfiles. El problema del racismo, al igual que el de la misoginia, está en el ojo del otro, no en el mío", ha dicho el estilista.
Vivimos en un ambiente "de caza de brujas", ha señalado el creador que, a falta de hechiceras, ha convertido a sus modelos en piratas, con pañuelos brillantes en la cabeza, bermudas vaqueras, camisa blanca abierta dejando ver una buena cantidad de collares y, un accesorio quizás menos digno de un capitán pata de palo, finísimos tacones de aguja.
En esta segunda jornada de la semana de la moda parisiense, que se desarrolla hasta el próximo martes, a Saint Laurent le ha tocado combatir también el comienzo del otoño: el desfile, previsto en un espacio a la intemperie y ante la iluminada Torre Eiffel, se ha visto afectado por el viento y las lluvias que convirtieron la pasarela en una pequeña piscina por momentos.
Nada que desmotivara a la larga lista de famosos que han acudido a la cita como la modelo Cindy Crawford (53 años), la cantante Charlotte Gainsbourg (48), la cantante Zoe Kravitz (30) y su pareja, el actor Karl Glusman (31), la actriz Catherine Deneuve (75), musa eterna de la firma, la princesa Carlota Casiraghi (33) y Rami Malek (38), que vive un gran momento desde que interpretara al cantante Freddie Mercury en la película Bohemian Rhapsody.
Pasada la lluvia, las modelos salieron a la pasarela con una colección particularmente bohemia, setentera, un claro homenaje a los mejores años del creador Yves Saint-Laurent y su musa, Loulou de la Falaise.
Es la visión Rive Gauche, según Vaccarello, la desinhibida y ahora más bien conservadora orilla sur de París en la que el fundador de la firma creó y desarrolló su imperio. "Es una forma de ver la ropa muy Rive Gauche, una combinación de los códigos icónicos. Saint Laurent es tanto de actitud como de espectáculo", ha declarado el belga tras el desfile.
A la primera parte de vestidos bordados, cortes fluidos y prendas vaporosas, le ha seguido una línea de chaquetas de lentejuelas, pañuelos de seda al cuello y vestidos mini cortísimos, con escotes pronunciados y originales y monos ajustados.
Y de la sexualidad sin pudor de Saint Laurent a las líneas deportivas de Dawei, firma creada en 2016 por el excreador de Cacharel Dawei Sun, nacido en China pero educado en las mejores escuelas y talleres de París.
La colección se ha dividido en dos, una de prendas de punto con faldas largas ajustadas hasta los pies y cortes asimétricos, y otra de patronaje, con gabardinas desestructuradas que dejan ver los brazos o la espalda.
Además de la selección de modelos, que en su mayoría superaban los 40 años, incluyendo una mujer embarazada con una apretada combinación de punto, ha destacado la elección textil de Dawei.
"La inspiración vino de Egipto. Es el Egipto que hay en mi cabeza, quizás no tiene nada que ver con el real pero es como yo lo veo", ha explicado el modista tras el desfile.
Fino como una gasa, el diseñador ha elegido un plástico similar al utilizado en invernaderos o bolsas reutilizables para construir mangas voluminosas, faldas transparentes o gabardinas en raya diplomática.
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