Cuarenta y ocho horas sin descanso y al más alto nivel. Así podría definirse la primera edición de CLEC FASHION, el primer festival de moda con mayúsculas que se celebró el fin de semana pasado en la capital del Turia. Por la pasarela desfilaron desde diseños de jóvenes promesas como Dominnico, conocido por crear el vestuario de la cantante catalana Rosalía (26 años), hasta los de diseñadores consagrados como Francis Montesinos (69), que fue el encargado del cerrar el evento, que tuvo lugar en el Hemisfèric, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. 

La pasarela fue una perfecta combinación de estilos y propuestas que buscaron la diferenciación y que, sobre todo, pretendieron dar visibilidad al talento. La alta costura tradicional convivió con el ready-to-wear, así como con colecciones de vanguardia e innovación para un público millenial. Todo ello de la mano de diseñadores más clásicos como Dolores Cortés, Isabel Sanchís o Miquel Suay, unidos a la apuesta de jóvenes firmas como 404 Studio, Visori Fashionart, Siamo Studio, Álvaro Mars y Anel Yaos. 

En la primera jornada, el viernes por la tarde, Dolores Cortés fue la encargada de dar el pistoletazo al festival. La firma de trajes de baño aportó el toque de color con su bikinis, bañadores, trikinis y complementos en colores rojos, azules, blancos, amarillos y negros. Diseños originales en los que no faltaron los detalles como las flores trimidensionales, los bordados y, por supuesto, los estampados étnicos.

Poco después, la tecnología y la moda se dieron la mano a través de los diseños del alicantino Yvan Andreu. Con su colección Aura, el creador ha desarrollado un dispositivo que mide la energía proyectando el aura a través de parámetros como la temperatura corporal, los estados de ánimo y sentimientos.

Bajo su lema handmade with love, Siamo Studio sorprendió con una propuesta rompedora y madura con vestidos de cóctel, sexys conjuntos y faldas con diferentes siluetas y cortes en tonos tan sofisticados como el dorado, negro, morado o blanco. Isabel Sanchís tampoco defraudó. A pocas semanas de que presente su colección en la semana de la moda de París, representó la elegancia en su estado más puro. Vestidos de noche donde los volúmenes y las formas, a través de plumas, mangas abullonadas o detalles en los hombros con formas geométricas, fueron los protagonistas. En definitiva, una espectacular puesta de escena en tonalidades cálidas que acompañaron la caída de la noche.

Reconocida como una de las 20 diseñadores españoles con más impacto internacional, Anaïs (404 STUDIO) invitó a los asistentes a recorrer las escenas principales de la película de culto Holy Mountain del chileno Alejandro Jodorowsky, con el crochet como leitmotiv y seña de identidad de la marca.

La sorpresa de Nacho Duato

En la segunda parte de esta cita con la moda, el sábado por la tarde, el diseñador andaluz Anel Yaos presentó su colección Monsters, una oda a ese profundo yo interior que analiza el porqué de nuestra existencia, a través de prendas ligeras de estilo "gipsy glam", en sedas, gasas y algodones, bajo el prisma de una fascinante conversación de estampados y colores que encajan armónicamente entre sí.

Visori, por su parte, quiso transmitir con sus diseños que el ser humano siempre ha estado maldito. Abarcó el sentido moral y ético, como la propia maldad interior de algunas personas o os enfrentamientos bélicos que ha habido a lo largo de la historia. El optimismo, la vitalidad y el torrente de color también estuvo presente de la mano de Ágatha Ruiz de la Prada. Una colección energética que jugaba con sus estampados más emblemáticos: corazones, estrellas, lunares y arcoíris. 

Dominnico hizo referencia a una de las zonas de Japón más transgresoras donde convergen diversos estilos de vestir, con un estilo sweet y candy. Una colección con colores pastel muy naif, acompañada por lentejuelas, laminados, tules, volúmenes, pelo natural y tejidos de vanguardia. Harajuku Kids es la tribu urbana que da nombre a la propuesta que este alicantino, que recibió el premio Mercedes-Benz Fashion Talent en 2019. 

El diseñador y director del festival, Miquel Suay sorprendió con una sofisticada propuesta para hombre y para mujer llena de modernidad en tonos neutros como el terracota, negro o azul marino; combinado con otras tonalidades más vibrantes como el rojo o el verde lima. Sus inconfundibles estampados abstractos inundaron los trajes de chaquetas, camisetas urbanas, camisas y largos abrigos.

Esperado por todos los asistentes, el broche final a la jornada y al festival lo puso el consagrado Francis Montesinos. Medio siglo de historia dan para mucho y el creador tampoco defraudó.  Visionario y creativo, ayer fue cerrar esta primera edición con un espectacular desfile que no dejó a nadie indiferente. Una puesta en escena llena de color, alta costura, pero sobre todo, muchas sorpresas como la performance sorpresa de danza protagonizada por el exbailarín de ballet español, Nacho Duato (63). El coreógrafo recorrió toda la pasarela, alrededor de el Hemisferic, con suaves y rápidos movimientos haciendo muestra su arte y dejando perplejos a la mayoría de asistentes.

Gastronomía

La gastronomía también fue otro pilar fundamental en el repertorio de este evento. Chefs de prestigio nacional e internacional, algunos de ellos con estrella Michelin, como Alejandro del Toro, Bernd Knöller (Riff), María José Martínez (Lienzo), Miguel Ángel Mayor (Sucede), Miram de Andrés (La Sucursal), Nacho Romero (Kaymus), Luis Valls (El Poblet) y Vicente Patiño (Saiti) crearon en exclusiva para el CLEC una tapa inspirada en el trabajo de algunos de los diseñadores. 

Además, el festival también contó con un área gastronómica en la que los visitantes pudieron saborear una amplia variedad de creaciones culinarias. También destacó, entre tanto, la originalidad de la marca valenciana Lladró, que de la mano del chef del Hotel Vallier, en Valencia, recreó con sus platos algunas de las figuras de porcelana más emblemáticas de la firma. Para completar el fin de semana, Visit Valencia, la oficina de turismo de la capital, brindó un tour por los comercios más tradicionales e innovadores de la ciudad, siempre made in Valencia, como La Postalera o Poppyns Life Store.  

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