Cada piel es diferente, tiene unas necesidades específicas y los cuidados diarios deben adaptarse a ellas. Pero hay algo común: el deseo de retrasar la aparición de los signos de la edad.
La farmacéutica Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia, elige los cinco activos que no deberían faltar en una rutina facial si queremos retrasar el envejecimiento cutáneo de manera eficaz. Ve a por papel y boli, para que no se te olvide ninguno de estos cinco nombres, y comprueba si tus productos antiage tiene alguno de ellos para que consigas lucir un rostro envidiablemente perfecto.
Vitamina C
Es el antioxidante más conocido y uno de los más potentes. Además de proteger la piel de los radicales libres, estimula la síntesis de colágeno, fundamental para evitar la flacidez, y tiene acción despigmentante, ayuda a reducir y prevenir las manchas. Por otra parte, la vitamina C proporciona luminosidad y efecto buena cara. Se recomienda su uso por la mañana, aunque se puede usar también por la noche.
También es importante ver la concentración de vitamina C que incluye un cosmético, de lo que dependerá su eficacia. Lo usual suele estar, en torno, al cinco o veinte por ciento.
Retinol
Es el activo antiedad por excelencia, que ha demostrado mejorar las arrugas, las manchas, el tono irregular, la falta de luminosidad, los poros dilatados, la pérdida de firmeza… Actúa como un peeling, favoreciendo la renovación celular, lo que puede provocar irritación, al desaparecer la capa superficial de la piel, que es sustituida por una nueva. Se recomienda usar por la noche. Cuando seguimos un tratamiento con retinoides, hay que hidratar y proteger la piel del sol siempre.
Es importante antes de usarlos conocer el umbral de tolerancia de la piel e introducirlos de forma progresiva, empezar dos o tres veces a la semana y según tolerancia, usarlos en días alternos.
Alfa hidroxiácidos
Engloban a diversos ácidos: glicólico -uno de los más conocidos y efectivos- láctico, mandélico… Su función es la de exfoliar, renovando la piel, ayudando así a mejorar la textura y prevenir las arrugas y líneas de expresión y las manchas. Además, ayudan a mantener la función barrera, disminuyendo la pérdida de agua de la epidermis.
El ácido glicólico se suele recomendar para mejorar el acné y sus cicatrices, algunas manchas como el melasma y tratar arrugas. El ácido láctico tiene propiedades muy parecidas y se usa para tratar el acné, las hiperpigmentaciones o el envejecimiento incipiente. El ácido mandélico es menos eficaz, pero se tolera mejor, así que en pieles sensibles es una buena opción.
Ácido hialurónico
Activo imprescindible para mantener y reponer la hidratación de la piel, alisar las líneas de expresión y las arrugas, mejorar la elasticidad y estimular la síntesis del colágeno y elastina, para luchar contra la flacidez. Es un activo muy bien tolerado por todas las pieles y que se puede usar por la mañana o por la noche.
Péptidos
Entre sus beneficios, favorecen la producción de colágeno. Un proceso que, con la edad, se va ralentizando. Este componente estimula la renovación y regeneración cutánea, ayudando así a luchar contra el envejecimiento, y también como antiarrugas.
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