Plasmar sobre telas dibujos personalizados que hagan reconocible una firma hacen de la estampación digital una de las tendencias de moda del momento, en la que creatividad y tecnología conforman un tándem que impregna las creaciones de firmas consolidadas y otras emergentes.
Los estampados tie-dye en los hippies años setenta, la polipiel brillante en los ochenta o las mezclas de terciopelo y brillos de los dos mil. La moda marca distintas eras no solo a través de patrones y siluetas, sino también de tejidos y técnicas, entre las que la estampación digital se abre paso gracias al poder de la personalización.
Desde la pasada edición de la Alta Costura de París de la mano del diseñador Yuima Nazakato, que junto a la tecnología desarrollada por Fujifilm trató de recrear en sus prendas iridiscencias similares a los brillos de las auroras boreales a moda de autor y firmas emergentes, los dibujos sobre la tela se convierten en vehículos de expresión para las marcas de moda.
Las firmas evolucionan de la mano de la tecnología, un caldo de cultivo que da como resultado una moda en la que los motivos ganan la partida a los patrones, a través de dibujos que cada marca configura con el fin de crear prendas únicas que convertir en su sello mediante la estampación digital, resultado de diseños realizados virtualmente. "Estamos en un sistema de globalización en el que vestimos todos igual y no le damos la personalidad que debemos a la ropa", explica la diseñadora Esther Noriega, que lleva varios años apostando por esta técnica en sus creaciones, con las que ha calado el mercado en Europa y también en Asia en colecciones que recrean desde el mundo pictórico de Gustav Klimt a jardines botánicos.
Además de la personalización, la variedad permite, según Noriega, ampliar el abanico de clientela de las firmas. "Un vestido de un mismo patrón puede llegar a alguien que se decante por los estampados florales y también a quien le gusten los geométricos". "Los modelos se multiplican", explica sobre sus ventas, afirmando que "según la zona del mundo en el que se venda una prenda, funciona más un estampado concreto".
Bien a través de diseños puramente digitales o bien vectorizados, es decir, pasando a modalidad digital un dibujo trazado a mano, la estampación digital es una técnica compleja. Según destaca, es fundamental la elección de las telas, que condicionan con su caída los diferentes diseños. Para el diseñador y exconcursante del programa Maestros de la Costura (TVE), Eduardo Navarrete, la estampación digital es "la característica fundamental" de su marca. Técnica por la que apostó desde su primera colección, Demencia, en la que su propia cara se convirtió en un motivo plasmado en distintas prendas.
"Fue la clave del éxito y creo que actualmente es lo que nos diferencia del resto", apunta el creador. Sobre patrones fluidos, prendas deportivas, de estilo casual y moda de baño, Navarrete sigue apostando por esta técnica para dar vida a sus prendas, y prueba de ello es su última colección Teatro Chino, en la que, inspirado por la estética circense, dibujos e imágenes de este universo reposan sobre distintos patrones.
"La estampación es fundamental para nosotros porque nos ayuda a enlazar todas las piezas de la colección", explica Irene Romero Massia, directora creativa de Cherry Massia, que concibe esta técnica como una forma de enlazar el concepto de cada colección con cada prenda. A través de esta técnica es "más sencillo incluir referencias concretas de los conceptos de la colección", haciendo uso de la simbología y enriqueciendo las colecciones con ilustraciones que contribuyen a edificar el carácter de la firma, que optó por la figura del ciempiés como elemento de estampación sobre las prendas de su pasada colección.
"La estampación da un toque extra a lo que hacemos", dice Zsolt Nagyváti, del dúo de creadores tras la firma Marlo Studio, que en prendas de patrones y siluetas sencillas apuestan en Illusion, su última colección, por la estampación digital como sello distintivo en motivos "llamativos, decorativos y futuristas".
A través de estos dibujos, la firma trata, según Nagyváti, de "buscar una forma de transmitir lo que quiere decir cada colección", reforzando su idea desde pequeños dibujos que se repiten en patrones a tipografías o elaborados detalles que permiten "crear prendas más interesantes" que trasciendan los tejidos lisos o los motivos clásicos.
"En esta colección hemos hecho prendas que recrean robots, por lo que hay que calcular el patrón y realizar un diseño 3D que se adapte a este, cuadrando las medidas de forma exacta", señala sobre esta "técnica complicada", en la que el estampado ha de posicionarse de forma exacta al patrón. Además del diseño de autor, firmas urbanas y comerciales como Mod Wave Movement o Grymy también se decantan por esta propuesta, que se abre camino como técnica del futuro gracias al poder de la personalización.
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