Nada más entrar en la sección de calzado para mujer de Loewe, saltan a la vista cinco sandalias creadas en piel y con un original tacón. Es precisamente este detalle el que permite que los diseños no pasen desapercibidos y se conviertan en una exclusiva pieza digna de colección.
El diseño básico es el mismo: sandalias con dos tiras de cabritilla, suela, plantilla de piel de ternera y altura de ocho centímetros. Lo único que varía es el color -blanco o negro - y el llamativo tacón -de vela, de pastilla de jabón, de esmalte de uñas, de huevo roto o de rosa-. Dependiendo del modelo, el precio puede alcanzar los 890 euros o 1.300 euros.
Al tratarse de unos zapatos pocos convencionales y que se distancian por completo de lo clásico, son ideales para quienes sean más arriesgadas con sus looks o busquen darle un tono diferente en un determinado estilismo.
Cada tacón ha sido creado desde la talla 35 hasta la 41, pero a día de hoy, al menos en la página web de la firma, no están disponibles en todos los tamaños. Algún modelo, incluso, está agotado en su totalidad. Quienes quieran hacerse con las sandalias de tacón de vela deberán dejar su email para recibir una notificación en cuanto vuelva a estar disponible. En caso de necesitarlos de forma inmediata, también existe la opción de 'buscar y reservar en tienda'.
Independientemente del diseño que se elija, Loewe empaqueta el calzado en una caja color blanco humo y con el característico logo de la marca, protegido por una funda de algodón o con papel de seda de la firma y adornado cuidadosamente con una cinta alrededor.
Con el fin de que perdure por un largo período de tiempo en el armario, sobre todo si quiere tratarse como una pieza de colección, la exclusiva firma sugiere en su página web seguir ciertas recomendaciones. "Sus zapatos Loewe mantendrán sus cualidades evitando su exposición directa a fuentes de luz y calor y almacenándolos en un lugar seco y bien ventilado", explican desde la marca.
Por otro lado, Loewe recomienda guardarlos en las bolsas de algodón provistas y rellenarlos con papel de seda para que conserven su forma. Comentan, además, que deben evitar el contacto con elementos como el agua, perfumes, grasa, cosméticos y productos abrasivos. En caso de que se mojen, tienen que secarse con un paño suave, sin frotar, y dejarlos secar a temperatura ambiente.
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