Los joyeros de Chanel han reconstituido la primera colección de alta joyería diseñada por la diseñadora Gabrielle Chanel en 1932 para celebrar el 90 aniversario de su creación, otra de las osadías de la diseñadora francesa más atrevida del siglo XX.
La creación de estas piezas inspiradas de su universo, con la estrella, la luna y los cometas como dibujo principal en una línea ligera, flexible y llena de diamantes, le supuso a Chanel la crítica del gremio de joyeros de la Place Vendôme, el histórico lugar donde se fabricaban estas exclusivas piezas.
La francesa, que había crecido en un orfanato de monjas y había hecho sus primeros pinitos cantando en cabarés decidió más de una década después de haber triunfado con su ropa crear una colección de alta joyería convirtiéndose en la primera casa de moda que entraba en ese campo.
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Para denunciar lo que consideraron una traición, los joyeros la obligaron más tarde a desmontar muchas de las piezas para recuperar los diamantes, una forma de venganza que hace que a día de hoy haya poco rastro de aquellas creaciones.
Sin embargo, un vídeo encontrado hace unos años por casualidad en los archivos mostraba la presentación que la modista hizo entonces, probando las joyas sobre bustos de cera, lo que inspiró al equipo creativo de Chanel para reconstruir algunas de sus piezas para celebrar el 90 aniversario de su concepción.
Las joyas, auténticas obras de arte creadas en piezas únicas, se exponen durante unos días en el Gran Palacio Efímero de París, frente a la Torre Eiffel, en una restringida presentación a la que solo pueden acudir invitados de la marca y compradores, muchos de los cuales ya han reservado estas exclusivas piezas.
A las réplicas de la colección original se suman las novedades de Alta Joyería de la maison, inspiradas también en la de 1932 pero con un giro más actual para unas 70 nuevas joyas. El precio de la reina de la colección, un collar de diamantes de 55 quilates con un broche de zafiro en el centro, da una idea de la exclusividad del conjunto: 10 millones de euros.
Los diamantes blancos y amarillos y los zafiros son los protagonistas de la línea en la que se apreciaron también algunos detalles de rubíes y ópalos, que engarzados en pendientes de estrellas y anillos con perlas parecen esconder en ellos la galaxia.
El mar en diamantes de Chaumet
En estos días en los que se celebra en París la pasarela de Alta Costura las firmas de alta joyería muestran también en la capital francesa sus colecciones, como es el caso de Chaumet y su línea Ondas y maravillas, inspirada en los movimientos del mar.
Las exclusivas creaciones de piezas únicas imaginadas por los joyeros de Chaumet han creado colgantes con formas de olas y pasadores de diamantes que parecen congelar el movimiento del mar o las marcas que las olas deja en la arena.
La marca, que abrió recientemente en París la exposición Vegetal, en el Museo de Bellas Artes, para recalcar la importancia que la naturaleza tiene en la creación artística, volvió a demostrarlo en esta cápsula, donde también reinaron los zafiros azules, esmeraldas, turmalinas y ópalos.
Piezas flexibles que pueden llevarse como collar o ser separadas como broches y accesorios para adaptarse a las cambiantes necesidades de los clientes que compran estas piezas, de precios desorbitados por la calidad de las creaciones y la dificultad de obtener algunas de estas piedras.