Aunque la estética boho actual beba de aquella que ya vestíamos en 2005, sus códigos se renuevan para llegar al público de hoy con fuerza. El máximo ejemplo de este renacimiento lo vivíamos a comienzos de este año y más concretamente, durante el desfile de Chloé en el que lanzaba su colección de otoño-invierno y en el que veíamos el front row al completo con plataformas de cuña, prendas de piel, punto y encaje. Una combinación de elementos que viene directa de los 90 y los 2000, y supone un cambio frente a la estética Y2K que había reinado hasta el momento.
De este modo, este estilo bohemio moderno, bautizado como boho-chic, establece unas características propias que lo separan de su antecesor y lo posicionan como la tendencia que luciremos sin parar cuando llegue el frío. Todo ello, gracias a Chemena Kamali, la nueva directora creativa de la firma.
Este punto de nostalgia nos lleva a pensar en celebrities como las hermanas Olsen caminando por Nueva York, Sienna Miller o Nicole Richie, que a través de esta forma de vestir representaban a mujeres despreocupadas y divertidas que no temían experimentar con la ropa que llevaban.
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Con las múltiples opciones existentes y un parecido al indie sleaze que también llenaba las redes sociales hace unas semanas, el boho-chic nos traslada también a la liberación de los años 70 y los hippies, que marcaron todo un movimiento social. Este, relacionado con replantearse las convenciones sociales y el estilo de vida tradicional, sigue en su nueva versión unas pautas que enumeramos a continuación.
Siluetas femeninas
Las prendas con toques femeninos -ya sean a través de sus siluetas o de la utilización de tejidos fluidos- son el ejemplo perfecto de todo lo que representa el boho-chic. Una tendencia marcada por la mezcla y la fusión, en concreto con otros elementos más rudos como las tachuelas o las hebillas.
Bajo este contexto encontramos el encaje y el punto, que añadido en tops o faldas, al igual que lo hacía Karl Lagerfeld en sus colecciones de Chloé, destaca la figura de la mujer. Una aproximación que la firma Made in Spain Charo Ruiz presenta a través de faldas ligeras y tops con la misma esencia.
Volumen y volantes
Los volantes se convierten en las formas protagonistas de los vestidos, reclamando cierto volumen y transmitiendo ese toque jovial y alegre que es una parte esencial del boho-chic. Holgadas y destacando las mangas, estas piezas toman inspiración de los que se utilizaban durante la época de los 60, con tonos normalmente cálidos que representan esa inspiración natural. Algo que también se percibe a través del tejido y las texturas, como en los propuestos por Charo Ruiz, con bordados de flores o transparencias.