Dicen que las cejas rectas son de personas inconformistas, consecuentes y que saben, no solo cómo defender su propia opinión, sino también mantenerla, pase lo que pase. La definición perfecta para esa mujer que, últimamente, ha inundado calles y pasarelas para reivindicar la posición que merecen. No es de extrañar entonces que sean la tendencia beauty más actual.
Casi todas las cejas tienen arcos suaves, pero el grosor y la altura varía en cada persona. Es la joven actriz Cara Delevigne la que tiene el diseño más imitado y deseado del momento: gruesas y despeinadas. Su diseño es perfecto para enmarcar el rostro y realzar las facciones con poco más que una buena pinza para depilar.
Una tendencia heredada de los años 70, cuando todas querían conseguir las cejas tupidas de Lauren Hutton. La actriz se subía al carro de las cejas suaves y naturales, con cierto aire hippy, en contraposición a las más delgadas y altas que llevaban muchas de sus contemporáneas para dejar espacio a unas voluminosas pestañas que reclamaban el papel protagonista de la mirada. Con Hutton, se imponían las cejas gruesas y con aspecto desaliñado, lo que se conseguía peinando los pelos hacia arriba.
Nada que ver con los perfectos arcos que dibujaban, una década antes, actrices como Audrey Hepburn. Las abundantes cejas de los años 50 se sumaban a esa cara repleta de maquillaje, en un más es más, que Dior imponía con su New Look. Muy al contrario de aquellos años 20 en los que Clara Bow las depilaba hasta el exceso, dejándolas delgadas y brillantes, -gracias a la aplicación de una capa de vaselina sobre ellas-.
Pero si tenemos que hablar de la pionera por excelencia de esta tendencia, sin duda, ésta fue Cleopatra. Y es que, la parte central de todo el maquillaje egipcio eran los ojos. Usaban una pasta negra muy densa para delinearlos y sustancias como el carbón para cargar de pigmento las cejas. Ella fue la culpable del exceso en la mirada. Para conseguirlas, simplemente hay que darles forma sin depilar en exceso.
Unas cejas que ahora vuelven a engrosarse, ganando cuerpo y dibujándose en línea recta. Una forma que provoca cierto efecto lifting en los ojos y que refuerza la expresión de la cara. Para conseguirlas, lo mejor es utilizar un lápiz (mejor que cualquier producto en polvo), e ir dando suaves trazos debajo de las cejas dejando que los extremos no se curven, sino que sigan el mismo curso. Delevigne apenas toca las suyas, utilizando siempre laca para fijar su forma. Lo hemos visto en las últimas pasarelas y en actrices o modelos como Emma Roberts o Kendall Jenner, que se suman a esta tendencia beauty.