Está demostrado que llevar una alimentación equilibrada es la mejor forma de conseguir el aspecto óptimo de nuestra piel. Para estar bien por fuera, primero hay que estarlo por dentro; y más durante primavera y verano, ya que aumentan las horas de luz y nuestra piel se vuelve más vulnerable. Por eso, además de protegernos con cremas solares y beber mucha agua, hay que incluir en nuestra dieta ciertos alimentos que favorecen la producción de melanina y la hidratación.