La hiperpigmentación es hoy día uno de los principales problemas que afecta y preocupa a gran parte de la población, sobre todo, femenina. Según los expertos del Instituto de Dermatología Integral, el 20% de las mujeres mayores de 25 años se sienten particularmente incómodas con la aparición de las manchas oscuras. Una preocupación que va en aumento con la edad y que radica especialmente en la dificultad que supone esconder estas oscuras manchas que tienden a salir en la cara y en otras zonas muy visibles que han sido expuestas al sol.

Y aunque es más fácil que nos salgan en esta época, no debemos olvidarnos de protegernos tampoco en invierno ya que se trata de un problema que afecta todo el año y que requiere de una gran supervisión y cuidado continuo.

HORMONAS Y MELANINA, RESPONSABLES DE SU APARICIÓN

El principal motivo por el que aparece la hiperpigmentación es el exceso de producción de melanina. Y aunque hay diferentes tipos de manchas, las más frecuentes son las pigmentarias -los melasmas-, unas placas de piel pequeñas y oscurecidas que están causadas por la sobreexposición al sol. Y es que una exposición excesiva provoca que el colágeno y las fibras elásticas se rompan y, por tanto, que la piel pierda elasticidad y firmeza, provocando un incremento inusual en la producción de la melanina y con ella la generación de manchas. Principalmente, en aquellas partes que reciben más directamente los rayos ultravioleta o UV. como la cara, las manas y los brazos.

Además, otros factores como la edad, los cambios hormonales debidos al embarazo o a la toma de anticonceptivos, el tabaco y el aumento de las partículas de contaminación urbana también están directamente relacionados con la aparición del 20% de los melasmas de la frente y mejillas.

RUTINA DIARIA Y PROTECCIÓN ALTA

Eliminar los melasmas por completo es una tarea casi imposible. De hecho, solo desaparecen en el 10% de los casos. Sin embargo, existen varios métodos para disminuirlo entre los que destacan, por supuesto, limitar el tiempo de exposición al sol y utilizar un protector solar de amplio espectro con FPS elevado. Al hacerlo, reduciremos el riesgo de presentar hiperpigmentación y detendremos el empeoramiento de las manchas oscuras ya existentes.

Protección que de nada valdría si no se adopta una rutina diaria de cuidado que se prolongue durante todo el año. Para los casos en los que ya hay manchas, lo recomendable es aplicar por las mañanas un tratamiento despigmentante sobre cara y cuello. 

Además, hay que usar a diario protección solar UVA y UVB de nivel muy alto, tanto en verano como en invierno e independientemente de que se vaya a tomar el sol a conciencia o no. Cualquier exposición, por muy ligera que sea, puede provocar la aparición de los melasmas. En el caso de que sí se vaya a tomar el sol, hay que prestar una mayor atención a las zonas sensibles: contorno de los ojos, nariz, frente, pómulos, manos y escote. Pero, sobre todo, hay que tener gran cuidado con el labio superior.

La zona del bigote es una de las más vulnerables y una de las más comunes cuando se producen problemas de pigmentación. Por ello, es recomendable usar productos específicos para la zona e ir renovando la aplicación cada dos horas. Además, también es muy importante evitar exponerse al sol después de la depilación ya que los poros se encuentran abiertos y, por tanto, existe una mayor posibilidad de que ésta se manche. Si las manchas son muy oscuras lo recomendable es acudir al dermatólogo para que realice un diagnóstico preciso y pueda ofrecerte el tratamiento más adecuado.

Porque además de la cosmética, en el mercado encontramos una gran variedad de opciones que van desde planes exfoliantes hasta láseres o IPL que pueden reducir de manera visible el aspecto de los melasmas. Como el tratamiento EVEN de la clínica de medicina-estética Todo en Belleza (un tratamiento profesional de la casa Freihaut, antimanchas y antiedad que lucha contra la hiperpigmentación de la piel y evita su aparición por incidencia solar); el peeling  WHITE BALACANCE de The Secret Lab  o el tratamiento NORA con la luz pulsada (IPL), centrado en la mejora del tono de la piel en zonas concretas como rostro, escote y manos.