Verano y destape. Sí, no es una frase patrimonio exclusivo del posado estival de personajes como Ana Obregón, sino algo que hacemos (o nos gustaría hacer) a todos. Y es que el termómetro obliga a quitarse ropa y enseñar piel. La presencia de celulitis, también denominada piel de naranja, en ciertas zonas como las piernas es un problema estético muy frecuente en la población; más de lo que imaginas. Y, sobre todo, entre las mujeres.
La constancia es la mejor arma para combatirla, sin duda. Pero también hay tratamientos muy novedosos que consiguen hacernos olvidar esas cremas y sus correspondientes masajes circulares. El último en llegar se llama Cellfina y es todo un éxito en Estados Unidos.
A diferencia de otros muchos tratamientos estéticos, que exigen (por ejemplo) tener sobrepeso para poder someterte a él; Cellfina asegura que su target ideal es aquel que tiene un peso adecuado y estable. Sobre todo, estable. Y es que esta novedosa propuesta no elimina el volumen de grasa presente en el tejido adiposo, sino esos hoyuelos que se forman en la piel y que tanto odiamos. Con una valoración médica previa, se decide si la persona es candidata o no al tratamiento. Y, que conste, puede ser también candidato.
Y es que los hombres también pueden sufrir esa piel de naranja, aunque, es verdad, lo hacen en menor medida. La anatomía de su tejido subcutáneo (ese en el que se acumula la grasa) presenta unos tabiques tensores que se colocan de forma diferente: mientras que en nosotras lo hace de forma vertical, en ellos se hace dibujando una cruz. Por tanto, la elasticidad se pierde antes en los nuestros y la tracción provoca esas irregularidades.
Algo que nada tiene que ver con el peso de cada uno, pues hay personas con una dieta equilibrada y una buena rutina de ejercicios semanal que también la sufren. Por eso, en países como Estados Unidos, es un verdadero problema que se estudia a conciencia. Según el registro norteamericano Census 2010 (que se realiza cada diez años) y el que realiza la revista científica Harvard Women's Health Watch, el 85% de las mujeres del país norteamericano aseguran padecerlo y un 23% afirman que se someterían, sin problema alguno, a cualquier tratamiento no invasivo que les ayude a olvidarse de ello. Así, en 2014, nace Cellfina.
Con la obligatoria aprobación FDA (Food And Drug Administration, esa que necesitan todos estos tratamientos), Cellfina aterriza en España como la opción menos invasiva y más duradera en la lucha contra la celulitis. Solo necesita anestesia local y sus resultados son visibles tras las pocas semanas de su aplicación, -los mejores llegan al mes de su aplicación. Eso sí, de momento, solo se solo se hace sobre muslos y glúteos, donde aseguran que sus efectos duran, al menos, tres años.
El tratamiento, que se puede combinar con la aplicación de cremas reductoras e incluso, el chocolate, está ya disponible en centros estéticos y clínicas dermatológicas de Madrid, como en las del Grupo Pedro Jaén y tiene un coste que es, en realidad, toda una inversión, desde los 3.200€ hasta los 4.600€.