Para el frío, no hay nada mejor que un buen potaje, pero… ¿por qué no pruebas algo diferente? La cocina húngara es perfecta para llenar el estómago y resguardarnos del frío.
Pörkölt
En el resto de Europa se confunde con el goulash, pero no es lo mismo, aunque sea parecido. Está hecho de carne vacuno o de cerdo y de verduras, y va acompañado por lo general de Tarhonya, que es una parte tradicional húngara. Se suele cocinar al aire libre sobre un fuego y en un caldero amplio.
Halászlé (sopa de pescado)
Si eres amante del pescado, esta sopa te resultará irresistible. Se cocina con pescado de agua dulce, cebolla, pimentón, tomate y vino blanco. ¡Y pica un poco! Se cocina de forma parecida al pörkölt, con un buen sofrito de cebolla y mucho pimentón. Después se hace la base de caldo con las sobras del pescado, es decir, la cabeza, las espinas… Al final, se añaden las rodajas de pescado que se cocerán en el caldo. Normalmente se utiliza carpa o siluro.
Kolbász
Una salchicha que combina morcilla y otras carnes, mezcladas con especias picantes y suelen estar ahumadas. La receta varía según la región y, por supuesto, el gusto personal. Algunos cocineros añaden ralladura de limón para que tenga un sabor más ácido.
Libamáj El libamáj es un plato que se hace con hígado de ganso. Y se prepara de muchas maneras, pero hígado de gando con setas y pechuga de ganso en escabeche es de los más típicos.
Goulash
El Goulash (que vendría a significar “pastor de bueyes”), es un plato consistente y delicioso. Se trata de un antiguo estofado o guiso del imperio austrohúngaro, a base de carne, cebollas y manteca. Con el paso del tiempo, se le ha ido añadiendo nuevos ingredientes como pimientos rojos, patatas o tomates. Va condimentado con pimentón.