A todos nos pasa, el vino hace que nos soltemos el pelo, literalmente. Si no, echa un vistazo al último trabajo fotográfico del brasileño Marcos Alberti, quien ha capturado con el objetivo de su cámara a amigos y conocidos durante cuatro distintas fases: 1. sobrios 2. con una copa de vino 3. con dos copas de vino y 4. con tres copas de vino. El resultado es más que divertido, demuestra también cómo nos vamos desinhibiendo poco a poco y cómo vamos desprendiéndonos de la vergüenza delante de la cámara.
Marcos Alberti explica que este proyecto, titulado 3 taças depois, tres copas después, comenzó como una broma con sus amigos más cercanos. Los fotografiaba cuando quedaban después de un fatigoso día de trabajo y después de tomarse unas cuantas copitas de vino. El trabajo fotográfico, tal y como comenta Alberti, es el resultado de la combinación de tres cosas que le apasionan: salir con sus amigos, el vino y la fotografía. “Existe un dicho sobre el vino que me gusta mucho y es algo así: ‘en la primera copa se trata sobre la comida, en la segunda, sobre el amor y la tercera crea el caos’”, cuenta Alberti en su página oficial. “Simplemente quería ver por mí mismo si esa afirmación es real”.
El artista asegura que muchas veces, si buscas por la red “sólo encuentras cosas negativas del alcohol. Yo quería enseñar el otro lado, el bueno. Cómo entre amigos, bebiendo con responsabilidad y en un buen ambiente, el alcohol puede ser divertido”. El resultado habla por sí mismo. Los cuatro retratos durante las distintas fases de embriaguez, y en todos aflora el mismo resultado: más sonrisas. “Al terminar cada copa de vino, tomaba mi cámara, colocaba a la persona en una pared y disparaba el flash”, explica. “He retratado a gente de todos los ámbitos… música, arte, moda, arquitectura, publicidad… en todas ellas, al terminar su tercera copa de vino, emergían sonrisas y se contaban muchas historias”.