Las primeras citas nunca son fáciles. Aunque lo mejor es que seas tú mismo, nunca está demás una pequeña guía previa para que todo salga a la perfección. Simplemente tienes que evitar estas cinco frases.
“Eh, que yo también soy feminista. ¡Me encantan las mujeres!”. Igual, si lo piensas en frío, es mejor que ella sepa a la primera que eres un pobre diablo camuflado que no ha escuchado en su vida el nombre de Wislawa Szymborska.
“No te preocupes, pago yo, que eres freelance”. Os juro que esto pasa más a menudo de lo que creéis. Y ya que estamos con el tema dinero, tampoco nos interesa saber cuánto ganas (no en la primera cita), si te han subido el salario, cuánto te costó ese reloj o cualquier cosa que tenga que ver con lo rico que eres.
“Mi ex estaba muy buena”. Y nos alegramos por ti, en serio, pero en una primera cita no es necesario que hagas brotar las inseguridades que vivimos a diario gracias a los medios de comunicación, la industria de Hollywood y el lobby de las dietas a base de sirope de arce.
“Soy ciudadano del mundo”. Seguramente también la tengas escrita en tu perfil de Tinder, pero, en serio, basta. Quizá en los noventa esto era toda una declaración de principios, ahora es una frase vacua y fútil que no dice absolutamente nada.
“Siento llegar tarde, es que salí a correr y perdí la noción del tiempo”. Puede que nos interese si haces deporte o no, pero no nos gusta que seas tan descarado. Además, estas frases suelen venir enlazadas con otras del tipo: “me gusta mantenerme en forma” o “intento controlar lo que como”. Esto significa que, cuando se acabe la cita, compraremos una hamburguesa o porción de pizza guarripeich de camino a casa porque en la cena nos habremos pedido alpiste de pájaro para no sentirnos mal.