El clásico nunca defrauda y es que, en esta ocasión, la firma Chanel convirtió la pasarela en la recreación del ático localizado en la sede central de la Rue Cambon de París, donde trabajaban lo que se conoce como “petites main”(manos pequeñas) que no son otros que los grandes protagonistas de esta velada: los artesanos.
Karl Lagerfeld decidió otorgarles el protagonismo del que son merecedores. Los maniquíes estáticos del taller cobraron vida. Desde el backstage, pudieron ver como sus creaciones, confeccionados a mano durante innumerables horas de trabajo, desfilaban sobre la pasarela.
La colección presentada por Karl Lagerfeld, descrita por el mismo como “un toque del gusto del siglo XIX”, estaba inspirada en los dibujos Art Nouveau de Aubrey Beardsley (1872-1898); un artista, de origen británico, que a pesar de su corta vida (vivió 25 años), se consagró como un pintor e ilustrador de la época. Sus ilustraciones se asemejan a las del cartelista checo Alfons Mucha.
En las obras de Beardsley prevalecen extensas zonas negras en contraste con otras zonas amplias blancas, rasgo que ha caracterizado el desfile de Chanel. La utilización de tonalidades sobrias, como grises y marrones, combinadas con blanco, sólo fue interrumpida por looks en tono rosa cuarzo que aportaron luminosidad a la colección.
Otro de los rasgos que caracterizaban las obras de Aubrey Beardsley, en el que Karl Lagerfeld se ha inspirado, son los detalles finos con motivos propios del grabado japonés, y el kaiser los reinterpreta en bordados de flores que se incluyen en las prendas de forma manual.
E indudablemente, prendas con un juego de proporciones que se hace especialmente visible en la zona de los hombros. Plumas, estructuras con telas rígidas o sobremangas son algunos de los elementos utilizados para crear una arquitectura que envuelve el cuerpo femenino y enmarca los hombros con nuevas dimensiones.
Bolsillos de estilo plastrón y faldas que sobrepasan la rodilla consiguen equilibrar el largo de las chaquetas, confeccionadas en la tela emblemática de la firma, el tweed.
Parece que esta temporada invernal, los pantalones culottes seguirán en nuestro armario en la versión más abrigada. Con tejidos gruesos y bordados con flores, son combinados con botas de ante arrugado que superan la rodilla.
Entre los detalles que vaticinan los desfiles para esta temporada: combatiremos el frío con guantes hasta el codo, al más puro estilo Gilda. Si vamos más allá, incluso podemos hacer la apuesta de que se llevarán a juego con el calzado.
Esta colección de Lagerfeld para Chanel demuestra que el alemán sigue en plena forma, y es capaz de reinterpretar, una y otra vez, los orígenes de una marca y rejuvenecerla sin perder ni un cromosoma de su ADN.